Amado Ortells: la peletería como arqueología del glamour
A la afamada condición de Amado Ortells como empresario intercontinental, peletero de y por excelencia y matriz gravitatoria para tantas musas de la gracia mundana o la farándula, acometeré la osadía de atribuirle un nuevo elemento identitario. Éste viene siendo y como delata mi titular el de “arqueólogo del glamour” a tenor de la reciente presentación de sus memorias que tuvo al Ateneo Mercantil como distinguida localización y de la que puedo vanagloriarme de su disfrute.
Desde el sugestivo título de “Amado Mío: una vida de pieles, lujo y confidencias “, se dispuso al nacimiento de una obra ansiada en virtud de su prolongada gestación y que se postula o puede hacerlo, en mi opinión, como un estudio arqueológico desde el inmaculado testimonio de un peletero que vivió un esplendor que ha derivado en decadente.
Estudio arqueológico que en síntesis se podría declarar como “ arqueología del glamour”.
En rigor hay que aclarar como lo hace oportunamente mi amigo Josemi Rodríguez-Sieiro en un epígrafe de su libro “ Cuestión de ricos” que reza “ El glamour mal entendido “ , que el glamour queda reservado para los artistas que a su vez son estrellas . No es menos cierto que fueron varias las artistas que en algún momento pasearon del brazo de mi protagonista, ni que se pueda considerar óbice la gradación de estrellato de éstas para poder concluir en la desacreditación de mi catalogación arqueológica. ¿Fueron auténticas estrellas Sara Montiel o Marujita Díaz? , de ser así ¿lo fueron a tiempo completo? Por encima de tales particularidades, que duda cabe, que la publicación del peletero rescata un esplendor que con mayor o menor rigor las masas asociarán “ a lo glamuroso “, sumándose a mi favor, asimismo ese exceso tan valenciano de “doradet que queda regio” que propicia la confusión de algunas señoras y la alteración de sus funciones cognitivas, como fue el caso de aquella insufrible que, constantemente, se preocupaba tan desafiante en recordarme que “ ella era una estrella “ y que yo describí en las redes sociales de la siguiente manera: “ Por las calles de València pulula una señora con soberbio manierismo que pese a la avanzada edad que evidencia su aspecto una temeraria e inadecuada vestimenta pone de relieve su complejo de quinceañera, mientras que el producto de su bisturí rememora a las gogós más ordinarias y su delirante monólogo es digno de tesis psiquiátrica.”, haciéndose viral y todavía escuchándose el eco de las carcajadas que desencadenó entre buena parte de la sociedad. Y es este mismo ecosistema donde ha gobernado el maestro de las pieles, en su València que le quiere y le reconoce.
La mesa estaba compuesta por Ángela Pla, profesional incansable y muy del círculo del artesano; Mayrén Beneyto, una de sus principales musas que enriqueció su intervención desde el más absoluto personalismo; la presidenta del Ateneo, Carmen de Rosa, con un estampado de la más emergente tendencia; y Eduardo Alcalde presidente de Fuvane, fundación a la que van destinados parte de los beneficios de la recaudación. Todos ellos flanqueaban al veterano peletero mientras se recogían todo tipo de anécdotas y recuerdos entre los que destacaré la notoriedad de Dña. Lola Fos a quien Amado rememoró con especial cariño.
En representación de ésta acudió su hijo el naviero D. Vicente Boluda a quien no me cansaré de reconocerle la generosidad para conmigo durante mi singladura taurina, le acompañaba Esther Pastor. Las hermanas Fitera, Inma Sobrino, Pili Millán, el pintor José Soto, Amelia Delhom fueron de las pocas personas que pude saludar debido a la brevedad de mi estancia.