Un paseo por el Jardín del Chalet de Panach
Ubicada en el extremo noroeste de la provincia de València y municipio independiente hasta 1882 -fecha en la cual se incorporó a la ciudad- Benimàmet es una de las zonas más tranquilas de toda Valencia. Una pedanía dónde la vida transcurre lentamente lejos del bullicio del centro del cap i casal, y dónde también hay lugares de interés que merece la pena visitar como el Jardín del Chalet de Panach.
Este jardín recibe su nombre ya que fue durante décadas residencia de verano de la familia Gil Panach siendo sus primeros propietarios Manuel Panach y Francisca Pastor, que consiguieron hacer una pequeña fortuna gracias a su conocida y próspera óptica en Valencia. Ésta estaba situada en una calle paralela, más o menos, entre donde hoy día se encuentra el Pasaje Ripalda en la calle San Vicente y la calle Barcelonina, y fue la primera que se abrió en la ciudad.
Este jardín, emblema de Benimàmet, se construyó en XIX junto a un edificio principal rodeado por un jardín y un precioso huerto de naranjos. También contaba con otras construcciones hoy desaparecidas, como unas caballerizas y la casa de los guardeses aunque actualmente solo queda el chalet, el edificio principal.
El interior de este chalet del Jardín de Panach destaca por su decoración con azulejos de Nolla y con lámparas que imitaban a las del Hotel Alfonso XIII de Sevilla. En su remodelación el jardín del Chalet de Panach recuperó el antiguo huerto existente junto al chalet mediante por mediación de un jardín dividido en tres zonas. Actualmente se encuentra rehabilitado como biblioteca pública, la Biblioteca Pública Teodoro Llorente.
En sus jardines jugó de pequeña la ex alcaldesa ya fallecida Rita Barberá. Barberá conocía a la familia Panach y de niña pasaba largas temporadas debido a la amistad de su familia con los antiguos propietarios del chalé. Como curiosidad una de las decoraciones del interior eran azulejos Nolla, empresa propiedad de los antepasados de la popular política valenciana.
Hoy pasear por este jardín, descansar en sus banquitos o jugar en la zona para niños es disfrutar del considerado como pulmón verde de Benimàmet.