Un libro saca a la luz a los arquitectos que diseñaron el mercado Virgen de la Valvanera
Los autores del libro Mercados de Valencia, de la editorial Sargantana, hallan un documento inédito que revela que este mercado es obra de los arquitectos Cayetano Borso di Carminati y Rafael Contel. La autoría del edificio era desconocida hasta ahora
El mercado Virgen de la Valvanera, situado en la plaza Santiago Suárez, «Santi», en el barrio de La Creu Coberta (distrito de Jesús), tiene la peculiaridad de encontrarse entre cuatro bloques de viviendas levantados a principios de los años sesenta, en plena época del desarrollismo. A diferencia de otros mercados no es municipal, sino privado, ya que fueron los primeros comerciantes quienes pagaron su construcción para dar servicio a una zona que estaba creciendo debido a la gran cantidad de personas que vinieron a Valencia, procedente de otras partes del país, en busca de trabajo. Desde su inauguración el 20 de abril de 1961, fue un mercado que tenía mucha clientela y que funcionaba muy bien, hasta que se cerró la antigua fábrica Macosa en los años noventa y el barrio fue invadido por las grandes superficies.
Hasta ahora se sabía muy poco de este mercado, llamado así por estar dentro del Grupo de Viviendas de Nuestra Señora de la Valvanera, nombre tomado de una advocación mariana de la sierra de la Demanda, en La Rioja, de la cual es patrona, ya que el constructor que levantó esta barriada era riojano.
Sin embargo, la historia de este edificio ha sido rescatada del olvido por los autores del libro Mercados de Valencia, editado por la editorial Sargantana, y que saldrá a la venta dentro de unas semanas. Este libro, resultado de un profundo estudio de investigación que saca a la luz planos, fotografías, dibujos y datos inéditos, abarca la totalidad de los mercados de la ciudad desde diferentes enfoques y perspectivas. Sus autores, César Guardeño, Esteban Longares y Sara Bono, de la cooperativa de rutas culturales CaminArt, centran sus miradas tanto en la historia constructiva de los edificios como en los testimonios y vivencias de los comerciantes, así como en los productos que ofrecen, sin olvidar algunos aspectos gastronómicos.
Hasta ahora, este mercado no había sido investigado. César Guardeño y Esteban Longares constatan que no había publicaciones que describieran el edificio o constara su autoría o fecha de inauguración. “Hemos llevado a cabo una exhaustiva búsqueda de información, tanto en los archivos históricos como en las hemerotecas, pero no han aparecido documentos relacionado con el mercado”. Ambos revelan que el hallazgo del documento que aclara la autoría del mercado tuvo lugar mientras entrevistaban a los comerciantes. “Los miembros de la junta gestora de la Asociación de Vendedores nos llevaron al despacho de administración, y colgado en la pared vimos un dibujo del proyecto del mercado, en el que constaba la firma de los arquitectos. Debido al deterioro del papel por el paso del tiempo, apenas se distinguían sus nombres. En un primer momento tan solo identificamos la firma de R. Contel, pero no la de C. Borso, pero estudiando la trayectoria de Rafael Contel Comenge comprobamos que él fue discípulo de Cayetano Borso di Carminati y ambos diseñaron juntos algunos edificios durante un tiempo. Este dibujo del proyecto es inédito, y el mercado una obra desconocida de estos dos autores, edificio que ahora puede ser añadido al catálogo de construcciones llevadas a cabo por estos dos arquitectos que desde finales de los años cincuenta reanudaron el lenguaje moderno, con obras como el Edificio Stella Maris (1958) en Nazaret.
Cayetano Borso di Carminati González, arquitecto del Grupo de Viviendas de Nuestra Señora de la Valvanera en el que se enclava el mercado, es muy conocido por ser el autor de la fábrica Bombas Hidráulicas Carlos Gens S.L. de 1930 (actualmente recuperada como Bombas Gens Centre d´Art), el edificio Rialto (1935) y otros muchos edificios construidos especialmente entre los años treinta y los años cincuenta. Su dilatada experiencia profesional le permitió evolucionar por los diferentes estilos y tendencias de la época, pasando por el estilo neobarroco, el art dèco, el racionalismo y el lenguaje moderno. Este valenciano fue muy reconocido en la época, adquiriendo gran relevancia por ser un arquitecto flexible, moderno e innovador.
El mercado está formado por tres naves en las que se ubican los puestos, orientados hacia la nave central y una nave lateral. Los autores de la investigación afirman que el valor del mercado reside, además de por la importancia de sus arquitectos, en que se trata de un mercado “que se conserva prácticamente igual desde el momento en que se construyó, al no haberse llevado a cabo ningún tipo de reformas porque sus propietarios no han invertido en él, manteniendo en el suelo la canalización de aguas residuales, la estructura antigua de los puestos, con su alicatado original y pilas de agua e incluso las básculas antiguas y los letreros de la época, pintados a mano por los primeros vendedores”.
Con el tiempo, la mayor parte de los puestos del mercado fueron vendidos o alquilados, pero, tras el declive, los hijos de los primeros propietarios optaron por no continuar el negocio familiar, estando actualmente cerradas muchas paradas. Los siete negocios que están en funcionamiento (una pescadería, carnicería, puestos de encurtidos y salazones, un bar…) abren ocasionalmente entre semana, y algunos tan solo los martes y los viernes, aprovechando el mercadillo ambulante que se instala en el entorno. Sin duda, es un edificio que refleja fielmente la época en la que se construyó, a principios de los años sesenta, que subsiste con dificultades al paso del tiempo y al cambio de costumbres de una sociedad invadida por los supermercados.