"La gente no suele saber que el cáliz original solo es la parte de arriba"
Antonio Rossi entró en la cofradía del Santo Cáliz cuando, con 35 años, un buen amigo, con el que coincidía en el altar vicentino de El Tossal, le habló de su existencia y fines. Desde hace una década preside esta entidad que se ocupa del culto a la copa que más fehacientemente se vincula a la Última Cena de Jesús con sus discípulos y que también se conoce como Santo Grial.
¿De cuándo data el origen de la cofradía?
Pues el Santo Cáliz se hallaba en la sacristía hasta que el 6 de enero de 1906 lo sacaron a exposición pública y decidieron ubicarlo en la capilla. A partir de ahí crearon la Real Hermandad del Santo Cáliz, Cuerpo de la Nobleza Valenciana. Y en los años 50 el arzobispo Olaechea impulsó la devoción al Santo Cáliz y constituyó la cofradía, que es la única que existe en la catedral de Valencia.
¿Y en qué consiste su actividad fundamental?
Los jueves por la tarde se destinan a eucaristía y culto del Santo Cáliz y la cofradía se ocupa de cuidar todos los detalles de la celebración. Después, el último jueves de octubre realizamos nuestra fiesta. Junto con el Jueves Santo destaca por ser uno de los dos días anuales en que se saca de la capilla y se lleva al altar mayor.
¿Insisten también en la divulgación hacia la ciudadanía para que se conozca más este tesoro que guarda la catedral de València?
Quien quiere algo trata de que todo el mundo lo quiera y conozca. En los años 60 y 70 del siglo XX había grandes peregrinaciones para ver el cáliz que luego se fueron diluyendo. En los últimos años ha ayudado mucho la asociación El Camino del Santo Grial, que contribuye a que crezca la devoción y a estrechar lazos entre Comunidad Valenciana y Aragón. En cualquier caso, creo que existen más extranjeros que valencianos que conocen que en València está la copa sagrada.
Habla de los foráneos que llegan hasta la ciudad ¿se está consolidando el Santo Cáliz como uno de los atractivos turísticos más populares de València?
No atraca crucero en el puerto que no venga a ver la copa. Turismo la está promocionando mucho. Tenemos folletos traducidos a muchos idiomas con su historia y se nos agotan constantemente. Desde luego, ha aumentado mucho la curiosidad.
Cuando alguien de lejos llega a la capital del Túria y se sitúa frente al Santo Cáliz para contemplarlo, ¿en qué crees que piensan? ¿sienten algo más que curiosidad?
Bueno, personalmente me emociona pensar que esa copa estuvo en manos de Jesús. Para quien acude por un sentimiento religioso, observar el Santo Cáliz resulta muy especial. Y quien viene por cuestiones culturales o por mera curiosidad, también siente algomuy singular por la importancia y antigüedad de miles de años de la copa.
Usted que es testigo de muchos de esos primeros encuentros, ¿qué llama más la atención de quien observa este símbolo del Cristianismo?
Pues la gente no suele saber que el cáliz original únicamente lo constituye la parte de arriba, la copa de bendición judía. El resto es añadido posterior.