Todo lo que enseña el parchís a los niños
¿Quién no ha jugado alguna vez al parchís? Es, sin duda, uno de los juegos de mesa más conocidos internacionalmente y donde en España desde generaciones ha tenido un calado especial.
La historia del parchís es larga. Es un juego de mesa originario de la India, nacido en los albores del año 1500. De hecho prácticamente aún se conserva intacto el juego, incluido el diseño, desde su nacimiento. Y es que el tablero del parchís corresponde al jardín del emperador Akbar el Grande y su centro representa el trono en que se colocaba el emperador en el centro.
Cuenta la historia del parchís que las fichas eran las muchachas indias más bellas que se movían de casilla en casilla y se disputaban el honor de jugar para el emperador. Historia aparte, lo cierto es que el parchís es un juego de mesa que se debe inculcar a los más pequeños de la casa por todo lo que enseña.
- Colores. Ayuda a la distinción de los colores, algo esencial sobre todo en los más pequeños de la casa con problemas en este sentido. Además tiene algunos de los colores primarios de la escala de tonalidades.
- Contar. Ayuda también a contar y a restar, según la metodología y las normas del juego. Un repaso a las matemáticas que, sin duda, nunca viene mal.
- Paciencia. El parchís enseña a los niños a tener paciencia, un don que deben aplicar en la vida misma. La paciencia es además vista por los psicólogos como una característica esencial para alcanzar la madurez.
- Jugar en equipo. Al parchís se puede jugar en equipo, por lo que ayuda a desarrollar esta capacidad cara a jugar a otros juegos y aplicarlo en la vida diaria.
- Respeto. El respeto tanto a los compañeros como a las normas es esencial en el juego del parchís, concepto que de nuevo aplicará el niño en su vida diaria y en su vida como adulto.
- Frustración. Volver a la casilla de salida o asumir el que una ficha en el juego se mate por el contrario, es algo normal en toda partida. El niño debe saber perder y saber gestionar así su frustración.
- Sociabilización. Sin duda, el parchís como cualquier juego de mesa ayuda a la sociabilización lo que ayuda a que el pequeño tenga un contacto más cercano con amigos y familia.