Helena Lanza, la Pasión por el teatro, La Cantante Calva en el Teatro Olympia
La representación de La Cantante Calva toca su final este domingo en el Teatro Olympia de Valencia, con una gran acogida por el público pero que me perdonen Adriana Ozores, Fernando Tejero, Carmen Ruiz, Joaquín Climent y Javier Pereira con sus estupendas interpretaciones pero encontrar un diamante con luz propia ha sido tan gratificante: Helena Lanza. Sencillamente natural, risueña, simpática atrapa al público con su desparpajado gesticulante, acaparando la atención del momento de la obra más sinsentido de los sentidos del siglo XX. Permíteme Helena, encarnas las ansias y la pasión por el teatro de todos los jóvenes actores y actrices que son promesa, aunque tú, esa barrera, la has llegado, hace mucho tiempo, a traspasarla.
C.S. – No sé si lo que te voy a decir te va a gustar pero te lo digo como lo siento. La semana pasada te conocí en una rueda de prensa,
H.L. – Sí
C.S. – Y no sabía nada de ti hasta ese momento, pero cuando te vi actuar te encontré y me encantaste.
H.L. – ¡Qué bonito! ¡Muchas gracias!
C.S. – Aunque terminaste los estudios hace cuatro años, aunque en el teatro siempre se está aprendiendo...
H.L. – Totalmente de acuerdo.
C.S. – Decir que no estás trabajando sino que estás sintiendo tu trabajo en un escenario. ¿Cómo lo sientes?
H.L. – Lo siento de una manera muy profunda, que me llena porque es mi vocación. Dedico muchas horas de mi vida a formarme, a ensayos y el teatro forma parte de mi vida en un porcentaje muy alto.
C.S. – Llegar una chica tan joven a estar trabajando con unos compañeros tan reconocidos nacional e internacionalmente y que te tratan como un igual. Háblanos de tu comienzo en la Cantante Calva.
H.L. – Sí. El director conocía mi trabajo y me llamó hace un año, pero él me había visto en una obra en el 2014 y siguió mi trayectoria, aunque yo no sabía que él me tenía muy en cuenta.
C.S. – Cuando te llamó ¿Te lo creías?
H.L. – Estaba en casa tan tranquilamente un viernes por la noche y me dijo que estaría encantado que hiciera el personaje de Mary de la Cantante Calva, que la producía Pentación y que estaban Adriana Ozores, Fernando Tejero, Carmen Ruiz, Joaquín Climent y Javier Pereira. Me quedé… ¿En serio?, ¿Esto me está pasando a mí? Una alegría tremenda. En enero fue la rueda de prensa en el Teatro Español que me puse esta camiseta (risas).
C.S. – ¡Qué te da buena suerte!
H.L. – Por eso me la he puesto hoy también. Es la primera producción que he trabajo con gente de tanto recorrido y donde he hecho una gira increíble y en un cartel donde la cara desconocida soy yo.
C.S. – Perdona que te lo diga pero engañas un montón (risas).
H.L. – Cuando salgo de la obra mucha gente no me reconoce.
C.S. – Choca lo natural que eres y luego utilizas ese tono de voz gesticulando que te llevas al público “al huerto”. ¿Cómo lo haces?
H.L. – Me gusta mucho la comedia. Habrá una mezcla innata ante la necesidad de expresar, la necesidad de hacer teatro, de hacer arte dramático y de la formación. Cada actor tenemos una serie de características que nos hacen peculiares y no es la primera vez que me dicen que tengo una gesticulación que destaca bastante.
C.S. – En esa gesticulación arriesgas mucho pero el secreto está que lo haces de manera innata y eso es lo bonito, que te sale.
H.L. – Me encanta poner voces, soniditos de animales, porque es lo que hago aquí, porque entraba hacer esto con estos personajes y en esta obra; yo lo propuse y Luis me llevó por ahí, encantado. Cuando mi hermana vio la obra dijo: si estas cosas tú las haces en casa (risas).
C.S. – ¿Qué es lo que más has arriesgado en la Cantante Calva?
H.L. – Cuando eres actriz es muy fácil caer en el juicio y en frenarte y no lanzarte. La visión de este personaje por parte del director me gustó muchísimo. Luis me dijo Mary es el fuego, la vida, a veces es ordinaria, otras más mona, muy lanzada, muy impulsiva. Me metí ahí a saco y es difícil porque cuando mis soniditos en mi casa no me ve nadie pero encima del escenario tienes miedo al ridículo y a que no funcione. Explotar ese lado de mi “payasa” interior es arriesgado.
C.S. – Me dijiste que el momento más bonito fue cuando realizaste La Ola ¿Por qué?
H.L. – Es un trabajo al que hablo mucho a mis compis porque fue mi primera vez en el Centro Dramático Nacional, un casting donde cogían a siete actores, se entregaron 2000 currículums y se entrevistaron a 500, pasamos fases hasta que cogieron a siete.
C.S. – Cuántas veces, en este trabajo puedes escuchar: No pasa usted. ¿Qué es lo que te ha motivado para seguir adelante?
H.L. – Sí, lo he escuchado. Pues es la necesidad de dedicarme a esto, de comunicar, de convertirme en diferentes personajes y puede sonar un poco intenso, pero para mí esta vocación que tengo le da sentido a mi vida.
C.S. – Me gusta este hashtag que utilizas #lavidadegiralavidamejor y yo te pregunto ¿La vida de gira es la vida mejor? ¿Y qué te está aportando?
H.L. – Ahora mismo para mí, sí. Convivir y conocer a mis compañeros porque como actores me fascinan, pero como personas son grandes personas de las que aprendo muchísimo. Conocer España, que la conocía poquito, conocer los Teatros donde estamos actuando. Nunca había pensado tener una gira así, sinceramente, porque cuando una piensa dedicarte a esto, a veces piensas pues quiero ganar este premio o quiero trabajar con este actor pero no me imaginaba una gira pisando todos estos teatros que muchos desconocía.
C.S. – Y grandes teatros.
H.L. – Y grandes teatros y encima llenarlos. Muchos amigos míos actores son valencianos.
C.S. – Como el gran Joaquín Climent. El otro día los estudiantes del Instituto de Enseñanza Secundaria Joan Fuster de Sueca estuvieron viendo la obra y después tuvisteis un coloquio con ellos.
H.L. – Una profesora dijo que esta obra le parecía muy difícil porque el teatro del absurdo le parecía muy complicado, y que en el teatro en verso es algo que puedes perder el hilo, a ella le encantaba porque sentía, al escuchar las palabras en verso, que las palabras le acariciaban. El teatro del absurdo no era su debilidad pero le contesté que podía transmitir muchas más sensaciones que obras realistas y que la escena final donde están Carmen, Fernando, Adriana y Joaquín, se queda la muerte, la destrucción del lenguaje, ya no hay una construcción de frases utilizando el método Asimil; a mí esa escena me pone los pelos de punta. Me río pero por dentro estoy hecha polvo.
C.S. – ¿Qué mensaje les transmitiste?
H.L. – Un orgullo que vinieran adolescentes que estudian la especialidad del Bachillerato de Artes.
C.S. – Que no la pudiste estudiar…
H.L. – En mi instituto ahora sí está pero hace doce años no estaba y que era un placer que estuvieran. Entendieron bien la obra, mejor vista que escrita, la van a interpretar, con lo cual para ellos será muy inspirador. Había un chico que iba a hacer mi personaje y la profesora me dijo: te va a copiar cosas (risas).
C.S. – ¿La mejor cualidad que destacarías de tus compañeros? ¿Y tú que les has aportado?
H.L. – De Carmen Ruiz, su generosidad y le he aportado frescura y nostalgia de cuando ella tenía mi edad cuando interpretó por primera vez la Cantante Calva. De Javier Pereira, su prudencia y le aporto que le ayudo a vencer su timidez. De Fernando Tejero, su sentido del humor y le he ayudado a aumentarle sus ganas de vivir. De Adriana Ozores, su madurez y le aporto alegría. De Joaquín, su sensibilidad y le he aportado ilusión.
C.S. – Cuando termines este proyecto tan maravilloso ¿Qué podrá ser?
H.L. – Proyectarme en una prueba que tengo en breve de algo muy importante en una obra de teatro impresionante y un personaje muy bonito.
C.S. – Entonces ¿Quedamos para una próxima cita?
H.L. – ¡Venga!
Entrevista realizada por Carmela Sánchez
Fotografías realizadas por J. Félix Gimeno. Foto actuando cedida por la actriz.
Más información sobre turismo, ocio, cultura y gastronomía en http://www.viuvalencia.com/