Teruel regresa al siglo XIII con las Bodas de Isabel de Segura
Del 20 al 23 de febrero, Teruel recuerda la historia de sus Amantes con las Bodas de Isabel de Segura, una cuidada recreación histórica con un programa que incluye más de un centenar de actividades entre mercados medievales, espectáculos de animación en la calle, danzas, torneos, conciertos, toro nupcial y hasta una multitudinaria invitación a besarse bajo el toque de tambores en homenaje al amor y a los Amantes.
El anuncio de la muerte de Diego y de la boda de Isabel con Pedro de Azagra es el comienzo de esta recreación marcada por el rigor histórico. La ciudad se traslada al siglo XIII gracias a las más de 17.000 personas vestidas al modo medieval, 5.000 de ellas organizadas en torno a haimas y campamentos recreacionistas que hacen de la ciudad una auténtica villa medieval.
Escenario histórico
Uno de los principales atractivos son las escenas teatrales que se realizan a lo largo de los cuatro días que dura la celebración. Un total de 120 actores con guion propio más 400 figurantes dan vida a esta historia de amor en los diferentes escenarios del centro histórico de Teruel, en sus emblemáticos rincones medievales y en un entorno marcado por el privilegiado conjunto artístico mudéjar, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Las Bodas de Isabel de Segura son una excelente oportunidad para viajar en el tiempo y adentrarse en la sociedad del siglo XIII con una villa engalanada que luce orgullosa su patrimonio, su historia, su gastronomía y su leyenda, convirtiendo a Teruel en la auténtica Ciudad del Amor.
La historia de los Amantes de Teruel
Según cuenta la tradición, Juan Diego de Marcilla e Isabel de Segura son dos jóvenes enamorados que deciden casarse. Es entonces cuando son conscientes de que viven una historia de amor imposible, ya que el padre de Isabel se opone a este enlace al ser Diego el segundo de los hermanos y, por tanto, no cuenta con los títulos y fortuna suficientes para merecer la mano de su hija. Ante la insistencia de ambos, Pedro de Segura concede un plazo de cinco años al joven para marchar a las cruzadas y así poder alcanzar la riqueza y títulos necesarios. Mientras el tiempo pasa, en Teruel Isabel es pretendida por Pedro de Azagra, hombre rico y poderoso que tiene todo lo que el padre de Isabel quiere para su hija. A punto de finalizar el plazo y al no tener noticias de Diego, llegan rumores a la villa de que ha caído en batalla y el padre decide no esperar más y casarla con Azagra.
El mismo día del enlace, justo cinco años y un día tras su partida, Juan Diego regresa con la fortuna prometida. Al ser conocedor de la noticia su corazón se rompe, pero no quiere morir sin, al menos, poder besar por primera y última vez a su amada. Sin pensarlo dos veces, Juan Diego consigue entrar en la alcoba nupcial con el único fin de conseguir un beso de Isabel. Ella, sorprendida por su presencia, se desgarra al no poder satisfacer los deseos de su amado, pero es mujer casada y acaba de jurar fidelidad a otro hombre. Es entonces cuando Juan Diego, con el corazón roto, muere de amor.
Al día siguiente, en los funerales de Diego, Isabel acude para darle el beso que le había negado en vida, pero al rozar sus labios, ella también cae desplomada y muere junto a su amado. Toda la villa es testigo de la muerte de los enamorados y deciden enterrarlos juntos como homenaje al amor verdadero.