Tenerife, viaje a la cima de España
Decir que las Islas Canarias son un paraíso, es una obviedad, todos lo sabemos. Muchos de nosotros hemos estado en alguna de sus islas y hemos comprobado la belleza de sus raros paisajes volcánicos. Cada una de sus siete islas principales, tan distintas entre sí, posee su propia fisonomía y su belleza, pero si me permitís tener mis preferencias me quedo con Tenerife, quizá porque en ella está el Teide gigante, como dice la canción. Me une a Tenerife un fuerte lazo sentimental desde que estuve allí y me atrapó como seguramente te ocurrirá a ti también.
Llegar a las Canarias es como desembarcar en un lejano continente. Todos hemos soñado alguna vez en ir a un lugar exótico y remoto, inmediatamente la imaginación nos lleva a Hawái, a Japón, a Bali o a las Galápagos. ¿Por qué siempre son las islas esos destinos con los que uno piensa cuando imagina el viaje de su vida? Pero en esos destinos nos aguardan ciertos problemas que no podemos olvidar y uno de ellos es el idioma, el otro la distancia, cosa que no ocurre si viajamos a nuestras Islas Canarias.
Pero sé que no descubro nada nuevo con todo esto y probablemente no sea imparcial hablando de Canarias, a ti te ocurrirá lo mismo cuando vuelvas de allí después de estar en el valle de La Orotava y ver esa explanada que llega hasta el mar llenando de verdor toda la falda del volcán.
Después de hacer un recorrido por Las Cañadas del Teide y descubrir esas coladas de lava petrificada que nunca viste, en su lento camino hacia el mar, y después de subir a lo más alto del pico con el teleférico. Cuando regreses de visitar Garachico e Icod de los Vinos donde te quedarás extasiado contemplando el Drago milenario.
LA GOMERA
También puede que hagas una excursión a la vecina isla de La Gomera, te lo recomiendo encarecidamente. Y por la noche, tendrás la oportunidad, como yo hice, de contemplar el cielo estrellado desde la explanada del Parador Nacional de las Cañadas del Teide. No verás nunca un cielo igual.
Ya sabemos que hoy en día viajamos y hacemos turismo por todo el mundo, y los lugares más lejanos y curiosos ya no nos son extraños. Se viaja por conocer, por gusto o porque tenemos la oportunidad de hacerlo. Mi oportunidad va a llegar muy pronto, y volveré a encontrarme con ese paraíso personal tan añorado.
Meteré en la maleta algunas camisetas y un suéter de entretiempo, me llevaré sandalias. No sé si un bañador, pues no me gusta el agua. Meteré en la maleta un equipo de abrigo para subir al Teide y también llevaré mi libro de recuerdos, el libro donde anoto los días más felices que he vivido.
Ese libro que está repleto de experiencias pasadas, de viajes memorables y, entre ellos, el que hice a Canarias hace ya unos años y que espero repetir dentro de poco.