Ruletas y concursos de TV ¿están subiendo?
Al igual que la industria de la música ha tenido que reinventarse para seguir vendiendo soportes físicos a los que ha tenido que aportar un valor añadido, la televisión tradicional le ha visto las orejas al lobo con la llegada de las plataformas de video en streaming. Para algunos, el hecho de poder ver a cualquier hora su serie o película favorita a supuesto una liberación: son muchos los adultos que una vez acuestan a sus hijos se ponen por fin la serie a la que están enganchados. Cuánto mejor si además se pueden ver tres o cuatro episodios seguidos. Sin embargo, hay algo que las plataformas en streaming, por definición, no pueden ofrecer, y es el directo y la interacción con el público. He aquí el punto diferencial, el valor añadido, llamémoslo así, de la televisión tradicional frente a su gran competencia.
Hoy por hoy, hay millones de personas que en vez de a las series están enganchados a los concursos de la televisión. La ruleta de la suerte es un clásico que siempre tiene seguidores, pero no es el único, ya que cualquier programa de preguntas y respuestas cuenta con la fidelidad de personas de todas las edades. ¿Que es lo que tienen estos programas para que nos gusten tanto? Pues por lo pronto, nos permiten empatizar con personas reales, de carne y hueso, de nuestra ciudad o de nuestra misma profesión, que se han empoderado y se han atrevido a participar. Nos vemos reflejados en sus anécdotas, deseamos que ganen porque desearíamos ganar, y en ocasiones, los participantes pasan incluso meses o años asistiendo a estos programas.
En definitiva, ver a estas personas concursar nos hace creer en que podemos ganar dinero suficiente como para resolver nuestros problemas financieros de una manera alternativa (que no sencilla, simplemente realizando otras acciones diferentes del trabajo). Es una opción para personas desempleadas mientras encuentran trabajo, y nos gusta ver si es posible para atrevernos a participar. También nos pone a prueba, ya que cuando vemos jugar es como si jugásemos nosotros mismos, probamos cuán cultos somos, cuán autocontrol podemos llegar a tener, cuánta capacidad resolutiva. Es una auténtica prueba de empatía. Y por supuesto, ese momento de fama inmediata pero efímera es algo con lo que muchas personas fantasean.
Por estos motivos, los programas y concursos televisivos siguen siendo claves en la programación de cualquier cadena que se precia. Los hay de todo tipo, y tanto es así que incluso formatos que no pertenecen al entorno televisivo deciden sumarse a la oferta. Así, hemos visto como por ejemplo desde hace algunos meses 888 ofrece el juego de la clásica ruleta de casino en la televisión en el canal La Sexta. ¿Cómo puede ser jugar online y en televisión a la vez? Lo han hecho, como una alternativa más de ocio y como punto diferencial (otra vez) frente a sus competidores. Los jugadores acceden a la web del operador pero escogen la opción de La ruleta de la televisión y dentro de esta, el tipo de ruleta (americana, francesa o europea). Sin embargo se retransmite en directo, durante el programa, desde un casino real y con crupieres, toda la acción con una ruleta física. Estos crupieres dan la bienvenida a los jugadores y los felicitan en cada ronda ganada. He aquí un ejemplo de cómo se pueden fusionar dos entornos (incluso tres) potencialmente competidores para ofrecer un producto original. El juego se puede jugar tanto desde la web como desde la app para dispositivos móviles, con las mismas funcionalidades.
De cualquier manera, no es la primera vez que un juego informático aparece en televisión. En el caso de la ruleta, se trata de un programa para adultos que de hecho se desarrolla en horario de noche-madrugada, pero hace casi 25 años que los videojuegos irrumpieron en directo en la televisión. Hablamos de Hugo, un juego de plataformas con un simpático troll danés como protagonista que cautivó en Telecinco a grandes y pequeños, ya que contaba con su versión para el famoso Telecupón de Carmen Sevilla, y el jugador debía elegir las acciones y pasos que daba Hugo pulsando diferentes números en su teléfono fijo (4 para izquierda y 6 para derecha, sencillamente). La otra versión, la infantil, enfrentaba a dos colegios que debían competir por llegar antes al objetivo final del juego. En el caso del Telecupón el premio era dinero, en el adaptado a los niños el premio era material informático para el colegio ganador. Hace unos años, el juego incluso se reeditó para dispositivos móviles.