Solo 16 vecinos, este es el pueblo menos poblado de la Comunitat Valenciana
Tollos, situado en la comarca de El Comtat, 53 vecinos. Sempere, situado en La Vall d´Albaida, 48 vecinos. Y las cifras siguen disminuyen conforme pasan los años. Son los pueblos menos habitados de las provincias de Alicante y Valencia. Sin embargo Castellón aventaja a éstas dos en despoblamiento, ya no solo porque en ella se encuentran los pueblos menos habitados de la Comunidad Valenciana si no el primero en el ranking en despoblamiento, se trata de Castell de Cabres donde a día de hoy tan solo viven 16 vecinos.
Vivir en Castell de Cabres es un remanso de paz, aunque con 16 vecinos es casi obligatorio llevarse bien con el resto. Un pequeño municipio situado en la comarca del Bajo Maestrazgo a pocos kilómetros de la frontera con la provincia de Teruel. El término es muy montañoso, con abundancia de pinares y parajes pintorescos, como por ejemplo el Bovalar y la Fuente del Boix.
Para visitar el pueblo menos poblado de la Comunitat Valenciana podemos acceder a él desde Castellón de la Plana tomando la CV-10, luego la N-232 y posteriormente la CV-105. Un pequeño bastión del PSOE, que pasó a manos del PP en 2011 y que vive sobre todo de la ganadería y de la hostelería. La desbandada de sus vecinos no es algo nuevo lleva mucho tiempo luchando contra el abandono, de hecho ya en 1990 contaba con solo 30 vecinos, cifra que ha disminuido prácticamente a la mitad casi tres décadas después.
Durante el verano es cuando Castell de Cabres consigue repuntar algo en cuanto al número de vecinos, sobre todo la primera semana de septiembre cuando celebra sus fiestas en honor a Sant Llorenç. Su historia se encuentra estrechamente ligada a Morella de la que dependía en la época musulmana pero que tras la conquista cristiana fue poblado por Blasco de Aragón en 1239.
Unos años más tarde, Castell de Cabres se integró en el dominio del monasterio de Puebla de Benifasar, en cuya tinença se mantuvo durante las épocas medieval y moderna. Sin embargo, éste nunca fue un pueblo de numerosos vecinos de hecho en el siglo XV llegó a ser un municipio totalmente despoblado. En 1523 el número subió a 175 habitantes y alcanzó uno de sus máximos con 416 residentes en 1900, cifra que desde entonces no ha dejado de disminuir.
Las ruinas de su viejo Castillo, la iglesia parroquial, la fuente del Boix, el Bolavar y sobre todo su inmenso y silencioso paisaje forman parte de algunos de sus encantos que merece la pena descubrir. Un pueblo que desde hace siglos lucha por no quedarse sin vecinos que ver pasear por sus calles.