¿Sabías que el puerto de València nació en el siglo VI antes de Cristo?
Afortunadamente, València tiene mar. Ser una provincia bañada por el Mediterráneo es sinónimo de un mejor y mayor contacto con otras provincias de países y otros puertos de todo el mundo. Algo que se traduce, cómo no, en un mayor nivel de exportaciones y también de turismo. València goza de una situación privilegiada en España. Siendo la tercera capital española, su puerto se convierte según algunos indicadores en el más importante de toda la Península Ibérica, superando incluso al de Barcelona. Una posición ganada a pulso con más de 2.000 años de historia.
Y es que, nos tenemos que remontar al siglo VI antes de Cristo para conocer el tímido nacimiento del actual Puerto de València. Éste nada tiene que ver con el actual, compuesto por unos impresionantes 5.603.186 metros cuadrados y más de 13.000 metros de muelles. Durante muchos siglos, los avances en cuanto a contactos comerciales eran primitivos sin una estructura más allá de unos cuantos barcos que salían a navegar por el bravo Mediterráneo.
Tenemos que esperarnos hasta el 17 de marzo de 1491 cuando Fernando el Católico concede un privilegio al caballero valenciano Antoni Joan para la explotación portuaria del Puerto de València. Fue aquí cuando realmente empezaron a sentarse las bases del gran puerto que conocemos hoy en día.
Poco a poco el puerto fue creciendo y cobró tanta importancia que el rey Pedro III de Aragón concedió a València el establecimiento de la Jurisdicción marítimo-comercial del Consulado de Mar. València era una ciudad que no dejaba de crecer y por aquel entonces rozaba ya los 100.000 vecinos, siendo de las más pobladas de la Península Ibérica. El puerto de Valencia fue el más importante de la Corona de Aragón y pronto desarrolló líneas de navegación con puertos de Italia, Europa Occidental y el Norte de África.
Durante los siglos venideros y casi hasta hoy en día se realizan obras de ampliación, sin embargo en el siglo XIX, lo tuvo complicado debido a las crecidas del rio Turia y el crecimiento del nivel del mar. Sin embargo, importantes trabajos de ingeniería hicieron crecer el Puerto de València de una manera destacada. Ya en 1679 había conseguido los privilegios de establecer comercio marítimo con otros reinos y en 1791 con la propia América.
Ya en el siglo XX, se llevaron a cabo obras de mejora sobre los edificios y almacenes se ampliaron los muelles hasta llegar a la configuración actual, incluyendo instalaciones especializadas para cada tipo de mercancías. La aparición del tráfico de contenedores ha permitido a Valencia alcanzar una posición actual de liderazgo entre los puertos comerciales del Mediterráneo Occidental.
Desde él canaliza tráfico de todo tipo de mercancía y de todos los sectores de la economía: mueble y madera, textil, calzado, agroganadero y alimentario (cereales y piensos, vinos y bebidas, conservas, frutas, etc.), energético (gasóleo, gasolina, carbones, etc.), químico, automóvil (Ford, Fiat, Land Rover, Jaguar, etc.), de la construcción (cemento y clinker, azulejos, mármol, etc.) y maquinaria, entre otros.