Ruta por las Fallas de Valencia para extranjeros
En el siglo XVIII, en el contexto de una España que intentaba dejar atrás una sociedad anquilosada en la época medieval, nacía una de las fiestas que se convertirían también en una de las más populares y famosas del país allende nuestras fronteras, las Fallas de Valencia.
El origen de estas fiestas, hoy formada por grandes monumentos que dominan las calles de la capital del Turia del 15 al 19 de marzo, fue como muchas otras casual. La capital del Túria siempre ha gozado de una importante tradición en el gremio de carpinteros.
Éstos, en la víspera del día de su patrón San José (19 de marzo), quemaban en una hoguera purificadora los trastos viejos y los restos de su producción que no tenían salida en el mercado. Procedían a la limpieza de sus talleres en una tradición que luego se convertiría en todo un símbolo de bienvenida a la primavera.
Poco a poco, estos trastos viejos se fueron sofisticando. Ya no solo se quemaba aquello que no servía. La imaginación de los mismos carpinteros y de la gente de los barrios de la ciudad, empezó a “disfrazar” y dibujar en esos montones de escombros, personajes y críticas sociales que dieron el punto de partida a las Fallas de Valencia que se conocen hoy en día.
En 1895, visitar las Fallas de Valencia ya se convierte en toda una institución por parte de los españoles. La importancia de la fiesta ya es tal que casi 200 años después desde su creación, las Fallas más artísticas empiezan a ser premiadas. Unos años más tarde, el mismo Ayuntamiento de la ciudad planta la suya comenzando un progresivo ascenso respecto al tamaño y las proporciones económicas de la fiesta.
En cifras, más de 800 monumentos visten las calles de Valencia durante esos días, algunos con una altura que sobrepasa los 25 metros. Las fallas grandes cuentan con un presupuesto que superan los 5 millones de euros y las infantiles, el millón de euros. Este año se utilizarán entre 40.000 y 50.000 ramos de flores en la ofrenda, más de 270.000 bombillas y 190.000 leds y más de 4.500 kg de artificios para castillos de fuegos artificiales. Y es que más de 1.000.000 de visitantes compensan con creces el gasto de la ciudad en estas fiestas.
Si decides visitar Valencia en Fallas puedes disfrutar de eventos tales como la Exposición del Ninot, la plantà, la Cabalgata del Reino, los castillos de fuegos artificiales, la Ofrenda de flores a la Virgen y la Nit del Foc, donde la ciudad entera arde. Y, de paso, conocer otros rincones de la ciudad como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, las emblemáticas Torres de Quart y de Serranos –restos de la antigua muralla de la ciudad-, el viejo cauce del rio que rodea Valencia, visitar sus amplios kilómetros de playa, degustar la paella más auténtica, horchata y fartons o comer los tradicionales y falleros buñuelos de chocolate con calabaza.
¿Y qué Fallas ver? al visitar las Fallas de Valencia debes de saber que existen cientos de monumentos clasificados según su presupuestos, desde la sección Especial con fallas de más de 200.000 euros hasta fallas de barrios de poco más de 1.000, en total más de 7 secciones y subcategorías que ocupan una ciudad donde el coche en estos días pasa a un segundo y obligado plano. Entre las más famosas, no te pierdas la falla de la plaza del Ayuntamiento, Merced, Mercado Central y la falla de Convento de Jerusalén, en el centro, las fallas del Pilar y Na Jordana en el popular barrio del Carmen, las de Ruzafa –que también destacan por su iluminación- o las del barrio de Campanar, al norte de la ciudad.
