Ribó es incapaz de dar respuesta al ocio nocturno de la Marina de València
Que el Gobierno de Ribó empieza la casa por la ventana en casi cada actuación que emprende no es algo nuevo, ni siquiera discutible, sólo hace falta ser algo observador y andar por València.
Pero la situación en la que tienen sumida a la Marina de València en cuanto al ocio nocturno, con la connivencia de la Generalitat de Ximo Puig y Mónica Oltra, demuestra fin de semana tras fin de semana su incapacidad absoluta para gestionar esta ciudad.
La Marina Sur se ha convertido en recinto habitual de festivales y conciertos con figuras nacionales e internacionales que atraen a miles de personas durante casi todos los fines de semana de junio a septiembre, que generan riqueza a la ciudad. Es un lugar amplio, donde apenas se generan molestias por el ruido, pero fatalmente comunicado. Cuando hay eventos que llegan a reunir a más de 10.000 personas, y que el ayuntamiento sabe con meses de antelación que se van a celebrar, es necesario reforzar el transporte público y las dotaciones de policía local.
Concierto tras concierto, festival tras festival, faltan efectivos de policía para controlar el tráfico y el servicio de EMT o no existe o es insuficiente. Y lo mismo pasa con MetroValencia, incapaces de dar servicio hasta las 2 o las 3 de la madrugada a la Marina para que miles de personas se puedan desplazar con seguridad y tranquilidad. Y no hablemos de permitir que más taxis trabajen, eso parece imposible.
Es cuestión de voluntad política y de saber gestionar. Y nada de eso tenemos ahora al frente del Ayuntamiento de València.
Cientos de personas que tienen que andar hasta 10 kilómetros hasta sus vehículos o sus alojamientos en el área metropolitana , esperas de 2 horas para poder coger un taxi, altercados con la policía por pura desesperación son parte del menú habitual de los fines de semana en la Marina de València. Y hay un responsable: Joan Ribó.
El alcalde de València y su gobierno no pueden alegar desconocimiento. Saben meses antes qué evento se celebra y cuál es su aforo, saben lo que pasa exactamente porque concejales del Gobierno asisten a estos conciertos y festivales; aunque claro puede que siguiendo el ejemplo de Pedro Sánchez su "agenda cultural" no incluya el transporte público y sí el oficial.
El Gobierno que promueve la movilidad sostenible, el transporte público, las alternativas al coche, es incapaz de habilitar autobuses extraordinarios nocturnos de EMT para dar respuesta, ni tampoco exigir a la Generalitat que haga lo propio con MetroValencia. Este es el nivel de cinismo de Ribó, de sus concejales y de los que le mantienen en el Gobierno de València en un silencio cómplice.
¿Por qué se permiten estos eventos en la Marina si no ha posibilidad de transporte público ni de parking para vehículos privados? Ese es otro tema muy interesante. Ese pequeño reino de taifa que es el Consorcio de la Marina, repleto de deudas, quebrado en teoría, pero que hace caja, y no poca, con cada concierto y festival, que se quita la responsabilidad de encima sobre el acceso y salida de miles de personas, pero sin cuyo permiso nadie mueve nada en la Marina. Patético.
Tenemos uno de los lugares más privilegiados del Mediterráneo para disfrutar del ocio nocturno en sus múltiples versiones en la Marina de València, para todas las edades y públicos. Ribó acabará por dejarlo hecho un erial, tanta ineptitud junta no puede acabar de mejor manera.
José Enrique Aguar
Diputado provincial y Presidente Estatal de Contigo Somos Democracia