Rambleta despide las Terrazas Movistar hasta la próxima temporada con Cuello y Aullido Atómico
Rambleta despedirá las Terrazas Movistar el próximo 10 de junio con los grupos de música valencianos Cuello y Aullido Atómico, en una mañana de domingo que promete una de las mejores y más emocionantes citas sonoras de la temporada.
En este sentido, Cuello y Aullido Atómico serán los encargados de cerrar los conciertos en directo de los domingos por la mañana de Rambleta y Movistar de esta temporada, unas citas ineludibles para los amantes de la cultura y de la vanguardia musical que volverán en septiembre con la misma fuerza e intensidad de siempre.
La Terrazas Movistar volverán con la misma fuerza e intensidad a partir de septiembre
El trío valenciano Aullido Atómico, formado por Don Rogelio J (voz, guitarra), Jussi Folch (bajo) y Quique Gallo (batería, percusiones), se encuentra inmerso en plena gira de su tercer LP, ‘Decadencia’. Un disco con el que han dado un paso de gigante, fieles a esa voluntad de crecer, evolucionar y no estancarse. Esta es la hoja de ruta de un trabajo que no solo no traiciona su filosofía trash & roll, sino que la viste con las mejores galas.
Los valencianos llegan cargados de energía para ofrecer un concierto emblemático al aire libre y de entrada gratuita. Pero el garagero Aullido Atómico no será el único grupo en la Terraza Movistar de este domingo, Cuello también llenará el escenario de Rambleta con su estilo punk con melodía pop, aunque no es fácil definir la música de Cuello. No tiene nada de simple. Y pese a que todo gire alrededor de las letras estrambóticas y de la extraña manera de tocar la guitarra de Guerrero, generando un caos controlado al milímetro, el resultado final solo se entiende como una suma de las partes. Ahí tenemos por ejemplo a Óscar Mezquita, aportando fuerza bruta y precisión; a Nick Perry de nuevo al frente de un frenético bajo; o a Ubaldo Fambuena aportando clase a la guitarra. Los textos, tal y como nos tienen acostumbrados, retratan sensaciones entre mundanas y desgarradas pero nunca necesariamente comprensibles. Ingrediente perfecto para el cóctel que propone la banda.