El Puente de la Trinidad, el puente más antiguo de València
Recibe su nombre por su proximidad al Monasterio de la Trinidad, un edificio de estilo gótico fundado en 1242 como cenobio y hospital y que en su origen estuvo ocupado por las religiosas Clarisas a petición y deseo de la reina María, esposa de Alfonso el Magnánimo.
También de estilo gótico, el puente más antiguo de València se realizó en piedra sillar, pionero en su época y sustituyó a otro primitivo de madera. En su época fue considerado incluso una obra de ingeniería y es que nos tenemos que trasladar hasta el año 1401 como año de su construcción. Unas obras que no terminarían hasta el 1407.
El puente de la Trinidad se rehabilitó ya en el siglo XVI tras la grave riada que asoló València en 1517 y en 2009 se hizo lo propio con sus antiquísimas escaleras. Con una longitud que supera los 158 metros, el puente más antiguo de Valencia posee diez arcos apuntados de 16,30 metros de luz y antiguamente incluso disponía de escaleras para bajar al lecho del río.
Su constructor fue Mateu Texidor y fue realizado por la Junta de Murs i Valls, que también era conocida como “dels Catalans” ya que en su entorno se instalaron los repobladores de Lérida, tal y como recuerda el historiados J. Diez Arnal.
En 1722, el puente de la Trinidad fue adornado con unas esculturas, por una parte del mártir mozárabe Bernardo y por otro de las hermanas mártires María y Gracia, todas ellas pagadas por Jaime Cervera, canónigo de la Catedral de València. Aunque sufrieron grandes desperfectos durante la Guerra de la Independencia y fueron demolidas un siglo después.
En 1942, se añadieron al puente las de San Luis Bertrán y la de San Tomas de Villanueva, ambas de finales del siglo XVII. Éstas primero habían estado en el Puente de San José, más tarde guardadas en el Museo de Bellas y finalmente colocadas donde lucen actualmente, en el Puente de la Trinidad, el puente más antiguo de València.