Cuál es el origen de la Plaza Redonda
Tenemos que remontar a los albores del siglo XIX, en concreto al año 1837 para conocer el auténtico origen de esta singular y encantadora plaza que se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad, donde pasear, comer en los restaurantes aledaños, comprar en sus pequeñas tiendas y, ¿por qué no? incluso vivir en los edificios colindantes.
Desde su nacimiento ha recibido diferentes y singulares nombres, entre ellos, la Plaza del Cid, la Plaza de La Regencia o simplemente El Clot. Detrás de ella está su diseñador, Salvador Escrig que decidió ubicarla en un espacio donde en la primera mitad del siglo XIX aún se vendía carne y pescado, de hecho una de las calles para acceder a ella se llama “de la pescadería”.
Posee cuatro entradas principales, lo que también evita aglomeraciones sobre todo los domingos con los puestos callejeros que en ellas se ponen. Se trata de una plaza interior de planta circular, con una planta baja para usos comerciales y alturas de tres viviendas o almacenes de aspecto muy homogéneo, a lo que contribuye la barandilla corrida de los balcones de las dos primeras alturas.
Si nos fijamos bien podemos ver como los pisos altos se conforman los dos primeros pisos con balcones de forja, mientras que el tercero se resuelve a base de ventanas. Mide 37 metros y desde sus orígenes hasta la fecha los pequeños comercios que la envuelven están dedicados a la venta de objetos domésticos y comestibles, ropa, mercería y souvenirs.
La fuente del centro de la Plaza Redonda fue instalada en 1850. En su centro hay un pilar acabado en columna y sobre ésta un farol tradicional valenciano que servía como punto luminoso central de la plaza, aunque en la última remodelación el mismo ha sido retirado. Cuatro caras de bronce (una por cada lado) deja caer el agua sobre la taza.
En 1916 se colocaría un anillo interior de puestos de madera y una alta cubierta, dedicado al comercio minorista que en principio debía tener carácter transitorio y eventual. Entre los años 2008 y 2010 tuvo lugar una primera fase de rehabilitación para sanear la fachada interior y devolverle su color original. Una segunda fase realizada entre octubre de 2011 y mediados de 2012, consistió en la sustitución del anillo interior comercial por unos puestos mucho más modernos. En total se han instalado ocho puestos dobles de ventas que hacen un total de 16 puestos en el anillo interior.
Alrededor de la fuente se ha colocado en el suelo un anillo circular metálico donde se han escrito los diversos nombres que ha tenido la plaza, además de un fragmento de la obra de Vicente Blasco Ibañez, Arroz y Tartana en donde se cita la plaza Redonda cuando aún se le llamaba El Clot.