Palacio de Ripalda, el derribo más injusto de la historia de Valencia
Es algo conocido por muchos valencianos y valencianas, ¡lo que destacaría aún más nuestra ciudad si no se hubiesen derribado tantos edificios históricos! Muchas ciudades españolas y europeas conservan aún a día de hoy un gran número de edificios de gran valor monumental y artístico, Valencia también. Pero nuestra ciudad podría aún tener más de los que tiene.
Uno de los derribos más injustos de los que se conocen es el del Palacio de Ripalda. Levantado por el arquitecto Joaquín María Arnau Miramón en la 2ª mitad del siglo XIX, el Palacio de Ripalda fue todo un acontecimiento en la Valencia de la época. Y según las crónicas locales, su fama llegó a todas y cada una de las partes de España como el “nuevo gran palacio que se había construido en Valencia”.
Tenía pinta de castillo francés con cierto aire romántico nada propio de los edificios de la ciudad de Valencia, a excepción de algunos situados en la calle de la Paz. Se edificó en unos huertos que la familia de María Josefa Paulín y de la Peña, Condesa viuda de Ripalda (antepasado de la familia Marichalar, vinculada con la Casa Real) poseía entre los Jardines del Real y la Alameda finalizado su construcción en 1887.
El Palacio de Ripalda llegó a ser en 1936, cuando el gobierno de la República se trasladó a Valencia, sede del Ministerio de Comercio. Este palacio, que ocupaba la ubicación donde hoy encontramos el edificio conocido como La Pagoda (donde ha vivido el ex presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana) junto a los Jardines de Monforte, tuvo como última propietaria a Concha Gómez Trénor.
Según recogió en su día el diario Levante, parte de la familia permutó el suelo por viviendas e incluso parte de los Prat Gómez Trénor aún viven en esta torre de viviendas (La Pagoda) que se levantó en los terrenos del castillo. La misma publicación destaca la tesis del profesor de Economía Urbana de la Universitat de València Josep Sorribes, “Desarrollo capitalista y proceso de urbanización en el País Valenciano (1960-1975)” donde se detallan aspectos de la recalificación del palacete de Ripalda y la Feria Muestrario, una operación plagada de claroscuros que quedó registrada en el negociado de Suelo y Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Valencia, número de expediente 4.582. Por aquel entonces, el ayuntamiento calculó que con la subasta del suelo público previamente recalificado para hacer viviendas de lujo obtendría 281 millones de pesetas de la época….