La Mutant cierra su temporada y confirma la apuesta por las artes vivas
El pasado fin de semana, el mítico artista Michael Rother fue el encargado de clausurar la programación de La Mutant durante la celebración del Festival de música electrónica Tagomago. Una cita que significó el punto y seguido a la oferta multidisciplinar que la sala ha dispuesto para su regreso, y que en apenas tres meses ha cosechado un amplio reconocimiento crítico y una notable acogida por parte de los espectadores.
En esta nueva etapa, La Mutant ha apostado por un proyecto donde los nuevos lenguajes escénicos son los protagonistas y en el que los géneros tradicionales se superan para dar paso a una especialización en las Artes Vivas, un concepto que comprende desde el nuevo circo a la danza contemporánea, pasando por el teatro físico, la música, la performance o las artes visuales. En palabras de la coordinadora artística del espacio, Olga Álvarez, “En tan solo un trimestre La Mutant ha comenzado a caminar con pie firme en nuestra apuesta por ofrecer una mirada más amplia de las artes escénicas, con propuestas que evolucionan a esas etiquetas establecidas, llevándonos a experimentar momentos únicos como el proyecto comunitario de la Titainada Popular”.
A lo largo de estos tres meses, la sala de Joan Verdaguer se ha convertido en el punto de encuentro de artistas valencianos, nacionales e internacionales, todos con el objetivo común de hacer llegar al público sus particulares universos creativos. Las representaciones arrancaron a principios de abril con el Festival Internacional de Circo Contorsions, que trajo hasta València a dos referentes del género como Claudio Stellato y Leo Bassi, y continuaron con propuestas musicales como las de Rumbamazigha o Cabo Sanroque, así como compañías de danza y profesionales tan prestigiosos como Mal Pelo, La Ribot, Baal, Hung Dance o Hisashi Watanabe.
Otro de los retos de La Mutant para este periodo ha sido el de acoger festivales especializados como el Pops Marítims -con el inolvidable concierto de Dorian Wood que emocionó al público- o el citado Tagomago. Otras citas importantes fueron las dedicadas a las artes escénicas como Cabanyal Íntim, la sostenibilidad como Vesos o a la autoedición gráfica como Tenderete. Mención aparte merece el proyecto colectivo que supuso la Titainada Popular, una fiesta en torno a uno de los platos cabanyaleros por excelencia para reivindicar la identidad de la cultura popular del Marítim, dirigía por el artista multidisciplinar Marc Sempere, donde no faltaron los coloquios, las performances ni las actuaciones de iconos del calibre de Pep Gimeno, “Botifarra”.
Al hilo de las propuestas y presencias de renombre que en estos primeros meses han pasado por La Mutant, Olga Álvarez comenta que “es importante generar espacios para que los artistas puedan experimentar, arriesgar y compartir con los públicos más inquietos un diálogo abierto a un teatro sin límites para acercarles a otras formas de hacer teatro”.