Mercado de Colón, 100 años como emblema de Valencia
Nos tenemos que remontar a hace algo más de un siglo. Concretamente y según las crónicas de la época, a la nochebuena de 1916. Valencia estaba de fiesta, se inauguraba el mercado de Colón, y aquel fue un día espectacular. Desde la plaza de toros salió una cabalgata formada por la Guardia Municipal Montada, con timbales y clarines, la Roca de la Fama, los vendedores del mercado, los grupos La pesca, Aves y carnes» y Flores, frutas y hortalizas, una carroza ocupada por la reina de la Fiesta acompañada por su corte de honor. E incluso la Banda Municipal y una sección de la Guardia Civil cerraron el festejo. Se inauguraba una vieja petición de los vecinos de la zona del Ensanche y Valencia lucia ya uno de sus mercados más apoteósicos y admirados, el Mercado de Colón.
Ya, varias décadas antes, los propietarios y vecinos de la zona habían trasladado al ayuntamiento disponer de mercados provisionales o definitivos en esta zona con el objetivo de terminar con la venta ambulante para adquirir artículos de primera necesidad. Los mercados Central y Ruzafa quedaban muy lejos. Por fin el Ayuntamiento dio luz verde a este proyecto y en 1914 el arquitecto Francisco Mora Berenguer (1875-1961) empezó el también conocido como Mercado del Ensanche. Mora Berenguer tenía contacto directo con el modernismo catalán, especialmente con la obra de Gaudí, entre otros y decidió inspirarse en cierto modo en este estilo para diseñar el gran nuevo mercado de Valencia.
Y cómo no, una gran obra como esta no estuvo exenta de dudas, polémicas y cuestiones a sopesar. Sobre todo en lo que a accesibilidad se refiere. El proyecto original fue remodelado afectando a la decoración de las fachadas de las calles Filipinas y Ciscar, también con la incorporación de los voladizos en las fachadas laterales y la distribución final de los puestos de venta. Además se discutía si se le dotaba de uno o varios sótanos en el subsuelo del mercado. Finalmente se dio el pistoletazo de salida a la construcción del Mercado de Colón incluye infinidad de detalles que hoy le convierte en una de las señas de identidad de la ciudad: columnas de fundición de hierro, el ladrillo como elemento predominante, inclusión de cerámica policromada, mosaicos, vidrio, sillería de piedra, piedra artificial…
Hoy en día, el Mercado de Colón tiene una superficie total de 3.500 m². Posee una planta basilical de 3 naves, una central de 18,60 m. de altura y dos laterales menores de 9,70 m. de luz con voladizos de 6 metros a cada lado. Se ha convertido en un lugar de reunión entre los vecinos de la ciudad tanto por sus comercios como por los numerosos lugares de restauración donde tomar algo en sus numerosas terrazas. Eso sí, a finales de 1900, el mercado entró en una pequeña crisis y es que, los comerciantes que tenían arrendados puestos al Ayuntamiento se fueron jubilando, retirando o simplemente cerrando. El deterioro y la falta de mantenimiento del mercado empezaron a ahuyentar a sus clientes lo que obligó a una remodelación para relanzar el mercado, en unas obras que terminaron en 2003 con gran éxito y con un coste superior a los 33 millones de euros. Actualmente incluye comercios, cafeterías e incluso un aparcamiento subterráneo siendo uno de los atractivos turísticos más importantes de la ciudad de Valencia.