Hoy se han iniciado las obras de rehabilitación del Tinglado 2
Esta mañana han comenzado las obras de rehabilitación del Tinglado 2, que se ejecutarán en un plazo de 23 semanas y con un importe de adjudicación de 649.108,90 euros (IVA excluido). La sociedad valenciana de arquitectos Arkitera S.L.P dirige esta actuación cuyo objeto es recuperar la seguridad, la salubridad y los elementos de decoración de este edificio histórico catalogado como Bien de Relevancia Local. La obra está a cargo de la UTE Grupo Bertolín SAU- Martín Casillas SLU.
La rehabilitación del Tinglado 2 contempla actuaciones en la estructura metálica, en la estructura general (muros, arcos, columnas etc), en los revestimientos, en la decoración, en la carpintería y en los vidrios. “Las palomas y el óxido han sido y son los
principales enemigos de la estabilidad del edificio portuario, pues han ido originando con el tiempo corrosión y desprendimientos”, explica Enrique Marín, arquitecto técnico. “Nuestro objetivo es, por una parte, cortar el proceso de deterioro al que estaba sometido el tinglado y, por otra, reforzar sus estructuras”. En la primera fase de rehabilitación se realizarán todas las reparaciones necesarias con el fin de poder emitir el certificado de seguridad, salubridad y ornato que exige la normativa actual.
Además de intervenciones estructurales, cuyos resultados son menos visibles a los ojos, las obras también repercutirán en el aspecto exterior del Tinglado. Se actuará también sobre los revestimientos y elementos ornamentales de forma que, a finales de septiembre de este año, el Tinglado habrá recuperado su esplendor, su brillo y sus colores originales. “Es un regalo de cumpleaños para el tinglado modernista, que en 2017 cumplió 100 años”, señala Salvador Lara, director de obras. El arquitecto afirma también que para Arkitera, una empresa valenciana con doce años de trayectoria y una dilatada experiencia en obras de intervención en el patrimonio, es una satisfacción dirigir este proyecto que emprenden “con seguridad y decisión”, puesto que se ejecutará en un plazo concreto de 23 semanas.
Por su parte, Vicent Llorens, director general del Consorcio València 2007, entidad gestora de La Marina de València, señala tres motivos por los que esta actuación es de gran relevancia. En primer lugar, supone el cumplimiento de una de las funciones del Consorcio: recuperar patrimonio histórico de carácter industrial de la ciudad de València. En segundo lugar, porque “ponemos a disposición de la ciudadanía un espacio perfectamente recuperado, en condiciones de seguridad y que volverá a lucir su belleza” para consolidar su uso como espacio público abierto, donde las asociaciones y colectivos locales y del distrito marítimo desarrollen sus actividades, y que cualquier persona pueda disfrutar a través de acciones tan cotidianas como pasear, patinar o practicar deporte. Y, por último, como explica Vicent Llorens, “con esta actuación cumplimos el objetivo de la apropiación ciudadana de La Marina de València que, a su vez, refuerza la finalidad de activación productiva del frente marítimo, ya que la mejora y actuación en espacios de calidad y versátiles atraen la actividad económica.” En este
caso, además de la rehabilitación del tinglado, el CV07 trabaja también en la recuperación del entorno del edificio histórico que liga al mar con la ciudad, donde se creará una gran plaza arbolada, dotada de elementos de sombra, juegos y zonas deportivas, que aproximará físicamente La Marina a los barrios cercanos.
Intervenciones
En noviembre de 2016, el Consorcio València 2007 ya realizó sobre el Tinglado 2 la primera actuación de emergencia, que permitió asegurar la estabilidad del edificio y su ornamentación y, de ese modo, volver a conceder permisos para realizar actividades bajo su cubierta. Con un presupuesto de 42.010 € y un plazo de ejecución de dos meses, la actuación, de carácter reversible, consistió en intervenciones en las zonas más dañadas; el desmontaje de cuerpos inestables; la instalación de muros de refuerzo estructural y de lonas de protección; pequeñas reposiciones de elementos desprendidos; el saneamiento de bajantes de agua pluvial y la revisión de la instalación eléctrica. Esta intervención ha sido seleccionada en los Premios FAD, los premios de arquitectura e interiorismo más antiguos de Europa y uno de los certámenes más prestigiosos.
Hoy las lonas de protección ya se han retirado y se suprimirá también el cegado de los huecos. La estructura metálica se limpiará, saneará, se protegerá contra el fuego, la oxidación y la corrosión y se repararán las partes dañadas. También se reforzarán vigas, faldones, muros, columnas y arcos. En cuanto a revestimientos, la piedra de zócalo se limpiará y reinstalará, y se fijarán, repondrán o restaurarán los elementos ornamentales, tales como las piezas cerámicas de los frisos. Los elementos de carpintería de los frentes también se desmontarán y restaurarán, y se prevé que algunas unidades hayan de ser repuestas con réplicas de maderas similares. Se restaurarán molduras y se repararán, fijarán y se repondrán vidrios.
En materia de salubridad, se sustituirán canales y bajantes, se ejecutarán aliviaderos y se preparará la conexión a red enterrada del saneamiento existente.
El Tinglado 2
Los tinglados constituyen uno de los conjuntos arquitectónicos más emblemáticos en la construcción de un imaginario cosmopolita consagrado a la industria y el comercio, que asocia a València con el progreso y la modernidad.
A finales del siglo XIX e inicios del XX, el aumento del tráfico de mercancías en el puerto de València, debido a la exportación frutícola y vinícola, motivó la necesidad de crear naves de almacenamiento inexistentes hasta el momento. Así fue como, entre 1911 y 1923, se construyeron los tinglados, cobertizos destinados a depositar y clasificar mercancías, sobre todo naranjas, uvas, arroz y cebollas, las principales especialidades derivadas del nuevo modelo de agricultura valenciana.
La edificación de los tinglados se enmarcó dentro del Plan General de Ensanche y Mejora del Puerto de València (1910), dirigido por el ingeniero José María Fuster. Siguiendo las directrices de Fuster, el subdirector de obras del puerto, Federico Gómez de Membrillera, diseñó la disposición, distribución y el estilo arquitectónico de seis tinglados, de los cuales hoy se conservan tres (el 2, el 4 y el 5).
Los tinglados son elementos patrimoniales singulares por su dualidad de lenguajes arquitectónicos. Por una parte, su funcionalidad se evidencia en la robustez de su estructura de hierro, material noble propio del nuevo orden industrial y moderno, utilizado como estructura de los edificios hasta la llegada del hormigón armado. Es el caso, por ejemplo, de la Estación del Norte y el Mercado Central de València que, junto a los tinglados, proyectan el espíritu de toda una época. Por otra parte, los tinglados destacan también por sus elegantes líneas y ornamentos de inclinación neo barroca propia del eclecticismo valenciano, como los relieves alusivos al comercio y a la navegación o los mosaicos cerámicos policromados de temática frutal.
Tras haber sufrido varias modificaciones y daños, en 1984 el Puerto Autónomo de Valencia redactó un proyecto de restauración cuyo resultado es el aspecto actual del Tinglado 2. Desde entonces, los tinglados fueron reduciendo su actividad de trasiego de mercancías, debido a un desplazamiento de la actividad portuaria desde la dársena histórica hacia otras zonas.