Las Naves invita a experimentar la danza a ciegas con Party
Party hace alusión a elementos de nuestra memoria colectiva y nuestra cultura popular. La pieza crea la simulación utópica de una noche festiva que funcionará como detonante para hackear los sentidos del espectador y desdibujar los límites entre realidad y representación. Está ejecutada por un grupo de 10 intérpretes que previamente han sido seleccionados a través de un taller gratuito -“Vis-à-Vis. Un taller intensivo de Beaches”- que imparte la compañía en cada lugar donde la pieza es programada.
Estos 10 intérpretes -supervisados en todo momento por Beaches- reciben, acompañan, manipulan y protegen de forma personalizada a los también 10 miembros del público, quien llevan los ojos tapados y con los cuales son emparejados de forma aleatoria. Se crea así la posibilidad de que cada espectador decida como experimentar la pieza, testando sus propios límites.
Beaches es la colaboración artística de Iara Solano y Daniela Perez, y su trabajo explora maneras de producir fisuras en los formatos convencionales del teatro y la danza, creando piezas site-specific de inmersión donde la figura del intérprete es descentralizada y el movimiento es encarnado por el propio cuerpo del espectador.
Solano relata que Party «es una invitación a viajar. Hay un texto que el público escucha con auriculares inalámbricos, y por lo tanto, está libre para moverse, guiado por el equipo de 10 personas. Es un Vis-à-vis. Caminan libremente por un recorrido de memorias, es un viaje también en el tiempo -infancia, adolescencia, el presente, el pasado- donde abrimos puertas, pero sin dejar nada claro para que cada cual lo lleve a su terreno. Y acabamos con una fiesta, como debe de acabar todo, para celebrar los cuerpos que hemos sido y los que somos, y el encuentro en la oscuridad entre dos desconocidos».
Para Solano esta experiencia «quiere romper con esa sobreexposición con la que vivimos actualmente, por ejemplo en las redes sociales. En Party utilizamos la oscuridad para retroceder y celebrar lo que somos desde otro lugar, sin presentarnos a la vista. En la oscuridad podemos establecer otro tipo de relación con desconocidos y atrevernos a abrirnos mucho más que cuando nos vemos. Es todo un descubrimiento cerrar los ojos, seguir moviéndote y experimentando. Descubrimos muchas cosas que teníamos anuladas, porque la vista al final se lo come todo y solemos decidir como nos movemos por el mundo a través de la vista. Por lo tanto, anular ese sentido de repente, te permite activar todos los otros y despertarlos. Es como una explosión, como saborear todos los ingredientes»
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