Las gigantescas esculturas inflables de Olga Diego crean expectación en París
Las esculturas inflables con las que la artista alicantina Olga Diego recreó un 'jardín de las delicias' en el Centre del Carme de València se exhiben, hasta el 19 de septiembre, en la sede de la Unesco en París, de la mano del Consorci de Museus, con el apoyo de la Representación Permanente de España ante la Unesco.
La secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, y el director del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont, acompañados por el embajador delegado permanente de España en la Unesco, Juan Andrés Perelló Rodríguez, han asistido esta mañana a la inauguración.
Tamarit ha destacado "el carácter inspirador y sugerente de la obra de Olga Diego, comprometido con la preservación de nuestro entorno, que entronca con las políticas medioambientales desarrolladas por el Govern Valencià" y ha recordado "el posicionamiento de la Generalitat Valenciana con su declaración de emergencia climática del pasado 6 de septiembre".
Por otra parte, la secretaria autonómica ha recordado el apoyo a la proyección internacional que dan el Consorci de Museus y la Consellería de Educación, Cultura y Deporte "para que artistas valencianos puedan desarrollar su trabajo en otros contextos y en contacto con otros creadores, como en el caso de nuestro programa, 'Cultura Resident', y generar nuevas oportunidades y contribuir al dinamismo de la creación actual".
Perelló ha señalado que "la Unesco tiene el encargo de crear un estado de conciencia medioambiental desde la cultura, el arte y la educación, y en este sentido el arte de vanguardia encaja perfectamente en este propósito. Esta muestra es una de las más llamativas de las que hemos apoyado desde la Delegación, ya que combina la tecnología con la denuncia a la contaminación con ese mensaje tan claro, que hace una analogía con la obra de El Bosco, donde el pecado actualmente es el plástico".
Por su parte, el director del Consorci de Museus ha manifestado que desde la institución cultural "buscamos establecer puentes de visibilización de la creación artística valenciana fuera de nuestras fronteras y, en este sentido, exponer en la sede de la UNESCO, es una estrategia de promoción muy intensa, puesto que por aquí hoy pasarán 194 países a través de sus embajadas, además de las actividades culturales que se realizarán".
Pérez Pont ha señalado que "Olga Diego es una de las artistas valencianas más internacionales", y ha añadido que "trabaja tensando los límites entre lo artístico y lo físico mostrándonos otra dimensión del arte a través de la tecnología".
'Jardín Autómata' es la primera exposición que se organiza en colaboración entre la Generalitat Valenciana y la UNESCO, a través de la Representación Permanente de España en esta. A este respecto, el director del Consorci de Museus ha añadido que "se están valorando otras posibles colaboraciones en el futuro".
A la inauguración de la muestra han asistido 42 embajadores y embajadoras y 8 adjuntos de 40 países diferentes, entre ellos Alemania, Italia, Austria, Bulgaria, Canadá, Turquía, Andorra, Luxemburgo, Acerbaiján, Irak, Palestina, Arabia Saudí, Túnez, Ecuador, Colombia, Honduras, El Salvador, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Argentina, Armenia, Senegal, Costa de Marfil, Ghana y Cuba.
'Jardín Autómata'
'Jardín Autómata' es una instalación gigantesca formada por 60 esculturas inflables y electrónicas inspiradas en los hermosos, extravagantes y sugerentes personajes de El Bosco.
En esta, seres humanos desnudos disfrutan, junto con animales de todas las especies, de un mundo de placer sin límites. Un mundo sugerente donde también encontramos hermosas aves, peces y frutos exóticos. Estos elementos son los que aparecen en 'Jardín Autómata', un laberinto de grandes cuerpos traslúcidos que sugieren una existencia mágica.
La artista reconoce que "es una oportunidad mostrar este trabajo en el Hall Ségur de la UNESCO, un lugar de trabajo situado muy cerca de Le Tour Eiffel, que está despertando mucha expectación".
"La instalación presenta algunas variaciones con respecto a su exposición en el Centre del Carme. Aquí se muestra la otra cara de 'Jardín Autómata', como las dos caras de la luna: la oscura es la que vimos en València y Taipéi, y en París, la cara blanca" ha explicado la artista.
Ayudada por la luz natural de la estancia, Olga Diego ha creado un nuevo juego de luces que permite apreciar mejor el volumen y la piel de las piezas. Un espacio amplio y diáfano permite a las figuras respirar e interactuar con el público.
El pecado ahora es el plástico
Diferentes humanoides, cuadrúpedos y personajes híbridos son suspendidos en el espacio de la sala en una composición aérea y en continuo movimiento, mientras otros inflables se encuentran posados en el suelo y recrean escenas más terrenales y libidinosas.
En esos cuerpos traslúcidos, sus motores, como corazones eléctricos, insuflan aire en su interior, marcando con sus ritmos una indescifrable sinfonía eléctrica. Luces led terminan de conformar los cuerpos y una lluvia de cables y circuitos electrónicos se descuelgan desde las figuras hasta posarse en el suelo de la sala.
Olga Diego ha explicado que "detrás de la obra de El Bosco, que tan atractiva nos resulta hoy, encontramos una crítica al pecado. Convertidos en una sociedad capitalista incapaz de modular un respeto por el medio ambiente, sufrimos un derroche desmedido, y es en esa lujuria consumista donde mostramos nuestro inmenso pecado: el plástico".
Tras su exposición en París, 'Jardín Autómata' regresará a nuestro territorio para mostrarse en la Lonja del Pescado de Alicante.