La Valencia gay olvidada
OPINIÓN- Mucho ha llovido desde que a finales de los años 90 y principios del nuevo siglo, Valencia fuera una de las capitales gay por excelencia de España. Pese al nulo apoyo por parte de las instituciones, Valencia y el esfuerzo de un puñado de empresarios consiguieron llevar a flote un variado grupo de locales LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). Nuevos bares y pubs que atraían no solo a un cada vez mayor grupo de clientes locales sino también nacionales. Gente de otras partes de España, sobre todo de la zona Mediterránea, que venían a Valencia para pasárselo bien y disfrutar de un ocio nocturno volcado en el creciente público homosexual de la ciudad. Y todo pese a ser una ciudad sin los medios ni la publicidad de otras urbes como Madrid y Barcelona.
Ya desde la misma transición y los transgresores años 80, el ambiente gay de la ciudad empezó a florecer de forma lenta pero constante. En la ciudad se abrieron diferentes locales prácticamente todos ubicados en la zona del barrio del Carmen y en el barrio de San Francesc, en los aledaños del Ayuntamiento de la ciudad. A finales de los 90 y principios del 2000, Valencia disfrutaba de una explosión en cuanto a la oferta de locales gays, al amparo de un país que vivía años dorados de bonanza económica y bajas cifras de desempleo. Sin embargo, con el cambio de siglo, la cosa cambió. La crisis económica y el boom de las nuevas tecnologías dañaron como nunca este sector. Muchos locales echaron el cierre y otros abandonaron el barrio del Carmen donde apenas queda ningún resquicio de lo que antes fue este barrio para el público LGBT.
Locales como La Goulue, Café Deseo o Monalisa decían adiós. Más tarde, lo hacía también la discoteca gay por excelencia de la ciudad, Venial. Decano entre los locales gays de Valencia, decidía bajar la persiana para nunca más volver (hoy su lugar lo ocupa el pub Carmen, destinado a un público heterosexual) con un público ávido de nuevos ambientes. El cierre de Venial terminó por enterrar los últimos locales gays que existían en la zona más céntrica de Valencia. El café de la Seu, el Nort Dakota y más tarde ADN decidían también cerrar hace apenas un par de años, terminando así con una época dorada en el ocio nocturno gay en la ciudad.
En los últimos tiempos nuevos locales han abierto, aunque lejos del Barrio del Carmen y dispersados por toda la ciudad. Solo resiste ADN, que volvió a abrir sus puertas con un cambio de gerencia incluido. The Musse en el Barrio de Marxalenes, Código G en Ruzafa o Sundal en Botánic han tomado las riendas para las nuevas generaciones. A los que hay que sumarse otros lugares como Nuncadigono, Oh-La-La o Homens aunque con una temática de sex bar más que un local de copas y baile al uso.
El Barrio del Carmen, reconvertido en un lugar para turistas, ha dejado de ser un lugar de referencia para el ocio gay de la ciudad. Y Ruzafa, no termina de despegar. Pese a algún que otro bar destinado más al público lésbico, Ruzafa sí se ha convertido en un lugar de referencia en bares y restaurantes, con el Comic como el principal reclamo para este colectivo, pero no como lugar de referencia para el ocio nocturno gay. El último intento, las fiestas mensuales de Orxata i Fartons celebradas en Picadilly hace ya meses que no se celebran. Y algunos intentos por abrir nuevos locales gays, no han terminado de funcionar.
Sin duda, una crisis económica que dura más de lo esperado, una falta total de apoyo de las instituciones pese al cambio político y que no está notando el colectivo LGTB en este sentido, y el boom de las nuevas tecnologías han terminado por atraer más bien poco al público gay conforme sucedía antes. Cuando los locales se contaban con las dos manos y el público hacía colas en las puertas de los bares para entrar (algo que actualmente solo puede disfrutar Deseo54, convertida en la única gran discoteca gay de la ciudad). La falta de público, nuevas generaciones con menos poder adquisitivo, las soluciones low cost en este sentido y las Apps gays han terminado por dibujar una oferta gay de ocio y nocturno en Valencia que parece aletargada y adormecida, mientras que los más veteranos del lugar recuerdan a Valencia como una ciudad anteriormente multicolor en cuanto a opciones para salir los fines de semana.