LA TIENDA DE CIRIOS FELIPO
SALVADOR MERY
Cuando una decide entrar en una cerería se imagina una tienda gris, con unos dependientes mayores y si son mujeres de negro luto. Nada más lejos de la realidad cuando decides entrara en la tienda de Cirios Filipo y bajas los dos escalones que separan la tienda de la calle te encuentras dentro de un Castillo de Fuegos artificiales, los colores inundan en una explosión de colores inimaginables, Las mujeres que atienden la tienda; tanto la dependienta como las dueñas hijas de Don José Felipo Martí. Son sumamente agradables, educadas y jóvenes. Parecen que por sus venas en vez de correr la sangre vulgar de todos los mortales corra cera dado el entusiasmo que ponen cuando te cuentan la historia o el día a día de la tienda. Aman su trabajo y se nota en el trato de los clientes que la mayoría son fijos y otros de paso.
Historia de la empresa
Juan Felipo Soler se aventuró, desde tierras turolenses, a buscar un nuevo futuro en tierras valencianas. Se asentó en la localidad de Tabernes Blanques y comenzó como aprendiz en una antigua cerería situada en la carretera Barcelona. Años más tardes esta cerería cerró y se traspasó, quedándose este emprendedor con dicha empresa en 1912, fundando la actual Cirios Felipo, ubicándola en la dirección de la calle Cardenal Benlloch 6, de la misma localidad, donde pervive hoy en día.
Tras el fallecimiento de Juan durante los convulsos años de la guerra civil, la empresa pasa a manos de su hijo, Juan José Felipo Espronceda toma las riendas de la empresa que, tras el año 1939, comienza una etapa de consolidación y crecimiento en el territorio cercano a la ciudad de Valencia, asentándose como una de las principales empresas del sector en la zona.
Con el transcurso de los años, la calidad y belleza de los productos fabricados de manera artesana por los miembros de la familia y los empleados que conforman la plantilla van ganando fama y, de esta forma, el radio de acción de la empresa va creciendo, siendo ya requeridos a nivel provincial e incluso autonómico.
A finales de los años 60 la empresa vuelve a cambiar de manos, Juan José y Jesús Felipo Andreu formaron un tándem a la cabeza de la misma. Durante los años 70 el crecimiento de producción continuó, llegando a su punto más álgido en los finales de los 80 y principios de los noventa, donde se da servicio a grandes empresas y distribuidores. Tras este periodo de esplendor, la empresa comienza a re direccionarse, ofreciendo nuevos productos de decoración y diseño, adaptándose a las nuevas tendencias y demandas.
En el año 2002 es Juan José Felipo Martí quien asume la responsabilidad de continuar con la empresa en activo y, desde entonces hasta la actualidad, junto con sus hijas Encarnanita y Mª Carmen, siguen esforzándose para dar el mejor servicio y atención al cliente, como se lleva haciendo desde el 1912.
En su historia pone Encarnita que es la gerente de la tienda por ser la mayor de las hermanas. Nosotros hablamos con Mari Carmen la menor de las hermanas. Nos cuenta que cuando tenía tres años le pedía a su padre que le dejara hacer velas. No es extraño que pongan todo su conocimiento que es mucho al ser vicio del cliente. Las innovaciones en las velas son también obra de estas dos personas. Todas las velas se hacen en su taller que se conserva en donde se asentó su antepasado.
La competencia de los establecimientos regentados por asiáticos en un principio, nos comenta Mari Carmen, fue brutal, hasta que se dieron cuenta la gente consumidora que los velones de cerería Filipo no huelen, duran el doble y no corren ningún peligro si las dejan encendidas. Se suelen utilizar para recordar a personas difuntas, o en pequeños altares que tiene en su casa la gente. Sin ir más lejos mi suegra pone un velón cada vez que mi hija tiene un examen.
La venta de los producto de la cerería no ha bajado mucho por la crisis ya que la gente las utiliza mucho ahora por los colores, para distintos aspectos de la vida, sanar , felicidad, trabajo etc. Mari Carmen nos comenta que es solo tinte, pero siempre respeta a todos los clientes que entran por la puerta. El negro es un color que también se usa por las clavarios/as de Semana Santa.
Otros de los aspectos son las velas adornadas para Cofradías, comuniones, clavarios/as y demás festividades. Mari Carmen me comenta que cuando viaja y ve una tienda de velas entra por si puede coger alguna idea, le comento que tendrían que venir esas tiendas a Valencia y aquí sí que cogerían ideas. Así como los cirios de procesión que se venden por centímetros para la Semana Santa o procesiones de los pueblos los colores de las empuñaduras también importan pero a buen entendedor pocas palabras. Los que más se venden son de empuñadura roja y azul.
Otros de los caminos que han seguido las velas impensable para ese emprendedor que empezó en 1912, es el lado sensual de las lamparillas y bujías. Cada vez más la gente joven y de mediana edad le gusta poner dicho tipo de lamparillas para adornar una cena, la casa o
Aunque su clientela mayoritaria son las Iglesias y todo lo referente a ellas. Otro de los servicios del que cuentan es la recogida de la cera que compran y la reutilizan. El reciclaje se conoce en Valencia mucho antes de los contenedores, verdes y amarillos.
Esta cerería tiene clientela en toda España y algunos de fuera de nuestro país.
Otra tienda que han sabido amoldarse a los nuevos tiempos en el Centro de la Capital.