La Sala Russafa de Valencia propone para estas navidades regalos culturales y de humor
La cultura es segura, como demuestra la ausencia de brotes asociados a la asistencia a representaciones, conciertos o proyecciones cinematográficas, según los datos del propio Ministerio de Sanidad. Y es un regalo con doble destinatario: por una parte, para quien disfruta como público y, por otra, para los artistas que, con el gesto de comprar un libro, una entrada de teatro o un disco, obtienen la oportunidad de seguir dedicándose profesionalmente al arte.
Por eso Sala Russafa invita a obsequiar estas fiestas con cultura a nuestros seres queridos (familiares o no, allegados o no y sin límite), una ventana a la emoción, el humor, la belleza y, por supuesto, la evasión. “Tenemos a disposición del público una tarjeta para regalar teatro, es una iniciativa que llevamos poniendo en marcha desde hace varios años y que esta vez nos parece más necesaria, si cabe”, explica el director del centro, Juan Carlos Garés.
Desde los 14 a los 100€, el importe de la tarjeta varía en relación a las entradas que incluye. Y éstas bajan de precio conforme aumentan en número. Además, la tarjeta puede ser utilizada por varios usuarios, para acudir acompañado a las representaciones. “El objetivo es ponérselo fácil para que cada uno personalice su regalo y que el destinatario pueda escoger en qué espectáculos y cuándo quiere gastar sus entradas”, señala Garés para quien la pandemia ha puesto de relieve el papel esencial de la cultura a la hora de ofrecer emociones, diversión, reflexión, pero también una vía de evasión, de escape.
“Durante el confinamiento más estricto muchísima gente descubrió el bienestar que aportan la música, la literatura, el cine o el teatro, que también se hizo vía online. Pero estoy convencido de que el verdadero disfrute de la artes escénicas es en vivo, porque el componente de seguir en directo la historia y tener delante a los personajes de carne y hueso es tremendamente estimulante. Por eso animamos a la gente a venir al teatro, a disfrutar en vivo de los espectáculos en un entorno seguro”, concluye el director del centro cultural de Ruzafa, que esta temporada cumple 10 años.
Y LA NAVE, VUELVE! LLENA EL TEATRO DE COLOR, MÚSICA EN DIRECTO, DIÁLOGOS PUNZANTES Y UN REFLEJO SOCIAL, CONFINAMIENTO INCLUIDO, CARGADO DE HUMOR
El mar es un espejo y Sala Russafa se transforma en uno donde navega Y la nave, vuelve!, la nueva comedia musical y marina, caricatura de nuestra sociedad, que el centro cultural presenta junto a la compañía valenciana Arden para estas navidades.
Versiones de pop rock que incluyen desde Queen a Madonna o The Beatles acompañan la travesía de la alocada tripulación de El Holandés Errante, el barco donde los padres y madres fundadoras de una nueva civilización se han tenido que refugiar al encontrarse con que la isla que iban a colonizar sufre una epidemia de fiebre amarilla. Es la continuación de la historia en el punto exacto donde terminó Y la nave, va?, primera parte de este espectáculo que también puede verse de manera independiente.
La cuarentena que tendrán que hacer los personajes y público a causa de la epidemia que se ve animada por el descubrimiento de un polizón que, escapando de la enfermedad, se ha colado en la bodega del barco. El miedo al contagio convive con la curiosidad por el indígena y los planes para crear una nueva civilización en manos de personajes que representan estamentos como la cultura, la ciencia, la religión, el ejército, la justicia, la economía y el feminismo.
Hasta el 10 de enero puede verse este montaje escrito y dirigido por Chema Cardeña, quien también interpreta el papel de capitán. Completan el elenco Juan Carlos Garés, Fran de la Torre, Rosa López, Iria Márquez, Darío Torrent, Raquel Ortells, Jaime Vicedo, Toni Aparisi y Juanjo Benavent; mientras que La Banda de El Holandés Errante incluye a los músicos David Campillos, José Montoro y Johnny B Zero.
Los juegos de luces, ambientación sonora y escenografía transforman el escenario y patio de butacas en un antiguo navío que traslada a los espectadores a 1870, cuando arranca esta historia. Una caricaturesca puesta en escena que incluye tormentas, números musicales y votaciones del público para decidir cómo construir ese mundo futuro, haciendo avanzar a esta comedia gamberra, que invita a la reflexión desde la carcajada y que, sobre todo, ofrece la oportunidad de despedir el 2020 con humor.