La historia de la pesca en la Albufera que debes conocer
* Viu Valéncia y El Periódico de Aquí celebrarán en el Restaurante El Estibador de El Saler, las II Jornadas del Parc Natural de l´Albufera el próximo miércoles 28 de marzo a las 16:30 horas.
Según cuentas las crónicas locales, un grupo de vecinos del por aquel entonces pueblo de Ruzafa se trasladó e instaló en El Palmar para poder pescar sin necesidad de trasladarse cada día. Una legalidad que más tarde también fue reconocida en las poblaciones de Silla y Catarroja por expreso deseo de Jaume I.
Hoy en día son los pescadores de raza, los únicos que tienen derecho a la pesca por formar parte de la Cofradía de Pescadores. Una tradición que se transmite de padres a hijos con prácticamente las mismas técnicas artesanales que hace siete siglos.
La pesca siempre se desarrolló en perfecto equilibrio con la supervivencia de la Albufera hasta que llegó a principios del siglo XX, la industrialización a Valencia provocando en la Albufera una pérdida de parte de sus recursos.
Por aquel entonces la vida de sus miembros se regía por las reales ordenanzas dadas en el siglo XIII, se trataba de unos privilegios por voluntad real. Sin embargo, la comunidad de Pescadores quedaría al margen del ordenamiento jurídico del decreto de Nueva Planta en 1707.
Nos tenemos que remontar al 21 de enero de 1250, una fecha clave para la historia de la pesca en la Albufera. Es aquí cuando se da el primer documento sobre el aprovechamiento pesquero de este gran lago. Más tarde Pedro I de Valencia, Pedro II, Martín el Humano, Fernando I y la Corona de España en el siglo XVIII no solo mantuvieron los privilegios sino que los aumentaron.
1911 fue otra fecha importante para la Albufera, fue cuando se cambió de propietario. Las Cortes españolas aprueban la cesión al Ayuntamiento de Valencia del lago y la Dehesa de la Albufera, formalizándose con un acta de cesión del 3 de junio de 1927, eso sí con la obligación de respetar todos aquellos otros derechos adquiridos que estuvieran en posesión legítima.
Y es que antes durante siglos la inexistencia de normas jurídicas concretas aumentó de forma considerable los pleitos entre los pescadores en la Valencia medieval. Algo que propició el nacimiento de la Junta de Capítulos, encargada de resolver estos asuntos menores que la Corona no podía atender. Fue desde ese momento cuando se aceptó que cualquier litigio debía resolverse sin salir de El Palmar, en la propia Comunidad de Pescadores.