La céntrica calle Roger de Flor de València pero ¿quién era él?
La calle Roger de Flor no siempre se llamó así. De hecho tuvo otros, como calle Bazán, calle del Pilar o calle del Forn de Na Fusina, pero sin duda es el actual el nombre más duradero de esta tranquila y bonita calle de València.
Roger de Flor no era valenciano, era un caballero templario nacido en la ciudad italiana de Brindisi a finales del siglo XIII pero que trabajó con reconocida lealtad a la Corona de Aragón a la que pertenecían las tierras valencianas.
Su figura se hizo famosa más que por su dilatada trayectoria en multitud de batallas, por la Crónica de Muntaner, inspirando la obra Tirant lo Blanch de Joanot Martorell. En la actualidad incluso una de las unidades de la BRIPAC (Brigada Paracaidista) del Ejército Español lleva su nombre.
Roger de Flor, una vida de triunfos
Pese a tu temprana muerte con apenas 38 años, Roger de Flor fue uno de los templarios más populares de su época. Fue hijo de un oficial de cetrería del mismísimo emperador Federico II.
Al arruinarse su familia, su madre lo mandó a la lucha con un caballero de la Orden del Temple llegando a ser sargento al mando del navío Halcón Roger de Flor participó en la última cruzada a Tierra Santa aunque su relación con los templarios no fu siempre buena.
De hecho, tras estos acusarle de haberse apropiado de tesoros de la orden y ser expulsado, aprovechando su experiencia militar, se hizo mercenario al servicio del rey Federico II de Sicilia, hijo de Pedro III el Grande de Aragón.
Su gran oportunidad le vino aquí y también es aquí cuando empieza la relación con nuestra ciudad. El rey Federico II lo puso al mando de las compañías de almogávares, que eran unos mercenarios que habían sido empleados por la Corona de Aragón en la conquista de Valencia y Mallorca, y más tarde para consolidar sus dominios de Sicilia frente a las pretensiones de la Casa de Anjou.
Roger de Flor llevó a cabo su tarea de forma impecable, según las crónicas de la época, alcanzado un gran prestigioso profesional en la época y popularidad en el Mediterráneo. Más tarde Roger de Flor se puso a las órdenes del emperador bizantino Andrónico II Paleólogo para ayudarle contra el peligro otomano.
Volvió a liderar un gran equipo con 4.000 almogávares, 1.500 soldados de caballería y 39 naves enviada por Federico. Venció a los genoveses de Constantinopla y tomó las ciudades de Filadelfia, Magnesia y Éfeso. Tras otros triunfos, Andrónico le concedió el título de megaduque y la mano de María, su sobrina e hija del zar de Bulgaria.