Jaime Maestro: "No somos cuatro frikis dibujando"

Jaime Maestro posa orgulloso con el Goya (Viu València)

Jaime Maestro, director de la escuela de animación Primer Frame, se convirtió el pasado domingo 17 de febrero en el hombre más admirado de este centro. Ese mismo lunes llegó, como todos los lunes, a clase. Pero esta vez lo hizo con un Goya bajo el brazo, al ganar en la categoría de "mejor corto de animación" por su trabajo con "El vendedor de humo". Pero el mérito no es solo suyo, sino también de todos aquellos alumnos y del resto de profesores que han participado de este éxito. Hablamos con Jaime, mientras el cabezón nos observa en silencio desde un estante en la pared.

• Finalistas el año pasado por vuestro trabajo "Friend sheep" y este año, por fin, llega el Goya con "El vendedor de humo", en la categoría de mejor corto de animación. ¿Qué ha supuesto para vosotros este premio?
• Es una súper alegría. El objetivo no es hacer un corto para llegar a los Goya o para ganar festivales, sino sobre todo para que nuestros alumnos aprendan esta profesión, pero todo lo que venga detrás bienvenido sea. Es un gran premio al trabajo que estás haciendo, y una señal de que vas por buen camino, porque compites contra profesionales y encima ganas un premio de este nivel.
• ¿Es este el mejor impulso posible para vuestra escuela, de cara no solo a captar nuevos alumnos sino también para despertar el interés de la gente por este género?
• Lo bueno de esto es que durante estos tres o cuatro días que dura la semana de los Goya, se habla de animación. Hay muchas entrevistas, y toda esta repercusión ayuda a que se sepa que existe una profesión, que se llama animación, y que no somos cuatro frikis haciendo dibujos en casa.
• En una entrevista con Bondia Notícies el año pasado comentas que el arte gráfico no está lo suficientemente reconocido en nuestro país. ¿Piensas que el hecho de que exista una categoría en los Goya que premie trabajos de este ámbito puede ayudar a cambiar estas creencias? ¿Qué otros pasos deben darse en este sentido para afianzar el arte de la animación?
• Pienso que es algo más cultural. La gente, sobre todo por desconocimiento, menosprecia esta profesión. En mi caso, por suerte, casi todos mis trabajos han sido para el exterior. Notas una diferencia en cuanto al trato por parte del sector. En Estados Unidos se respeta mucho más nuestro trabajo, y tenemos un reconocimiento que aquí no se tiene. También es relevante la calidad que se te exige en un sitio y en otro. Allí te piden un nivel de calidad altísimo, y aquí muchas veces se conforman con lo primero, y también lo pagan así.
• Yo soy bastante optimista. Hay una de las cosas que siempre he pensado que deberíamos hacer y ahora poco a poco se va haciendo, que es apostar por la calidad. Hace unos años, no se buscaba demasiada calidad o por lo menos no se sabía llegar a ella. Ahora tenemos productos que tienen una buena calidad visual y un buen rendimiento cualitativo. Para mí este es el primer paso, buscar calidad y a partir de ahí todo lo que venga detrás: taquilla, respeto, etc.
• En la recogida del premio dedicaste unas palabras de agradecimiento a todos tus alumnos. ¿Qué papel han jugado ellos en todo este proceso?
• El corto es el fruto del taller de cortometrajes que tiene la escuela, cuyo objetivo es hacer un corto con la mayor calidad posible para que les valga a los alumnos a la hora de buscar trabajo. Todo el trabajo sale de ellos, desde la idea original hasta el montaje, la animación, etc. Los profesores supervisamos y le damos un formato más profesional.
• Centrándonos ahora en el corto "El vendedor de humo", ¿de dónde surge la idea y qué intenta transmitir?
• Es una anécdota muy curiosa. Se habían propuesto varias ideas, pero estábamos un poco atascados. Un día, viniendo a la escuela, me crucé con un tipo muy peculiar, bajito, con una melena blanca, traje azul y un maletín. Empezamos a imaginar quién podría ser, y alguien sugirió que fuera un vendedor de humo. Varias semanas después me lo volví a cruzar, le comenté que estábamos haciendo el corto y me dijo que era un director de orquesta. Pero fruto de aquella coincidencia surgió la idea, que con el paso del tiempo se ha politizado bastante. Estamos rodeados de vendedores de humo, aunque en realidad nosotros queríamos hablar de qué simboliza este personaje pero desde un aspecto amable.
• En el corto se nos muestra que, en el fondo, nada es lo que parece. ¿Hay mucho vendedor de humo actualmente en nuestra sociedad?
• Demasiados. Creo que todos tenemos un vendedor de humo en la cabeza.
• ¿Cuánto tiempo os ha llevado producirlo? ¿Cuál ha sido la parte más complicada del proceso?
• El curso dura un año lectivo. El primer semestre lo dedicamos a la animación y producción, aunque hay dos asignaturas que están pensadas para empezar a trabajar en el corto: la primera es "Guión" y la segunda "Preproducción". Después de haber trabajado toda la parte de dibujo, pasamos al aula-taller, donde estamos seis meses volcados en el corto. Es un trabajo en equipo en el que la gente empieza a especializarse en una tarea concreta. Lo más complicado y a la vez más satisfactorio es tener que compaginar la dirección con la docencia o la supervisión. Tienes que decirle a un alumno lo que le dirías a un profesional, pero al mismo tiempo le tienes que explicar cómo se hace, por lo que todo se convierte en mucho más lento que en una producción profesional. Y creo que ahí radica el mérito de este corto, pues está hecho por personas que partían de no saber nada de animación.
• ¿Qué recorrido le queda al corto en adelante?
• Con los Goya sí que nos interesó hacerlo público, aunque normalmente solemos dejarlo un poco off line a la espera de presentarlo a festivales. De hecho, todavía estamos recibiendo solicitudes para Friend Sheep. Lo normal es que un corto tenga entre dos y tres años de recorrido por el circuito de festivales.
• ¿Está pensado para algún público objetivo? Porque siempre que se piensa en animación, tendemos a asociarlo con el público infantil.
• Nuestros cortos suelen ser para todos los públicos, aunque intentamos diferenciarlos entre sí, en cuanto a temática, diseño, etc. No queremos hacer tampoco un corto demasiado personal porque al fin y al cabo se trata de un trabajo de equipo en el que tienen que caber todos los gustos.
• ¿Qué mensaje le lanzarías a todos aquellos jóvenes que se plantean formarse en el ámbito de la animación?
• Lo mejor de ganar el Goya es que puede abrir la mentalidad de mucha gente, que se dé ahora cuenta de que puede dedicarse a esto, que realmente es lo que a mí me habría gustado pensar de pequeño. A mí me encantaba dibujar, pero hasta los 20 y pico no descubrí que me podía dedicar a esto. Sin duda es una profesión que apasiona. La parte negativa es que trabajas mucho, porque disfrutas tanto que acaba absorbiéndote, pero en realidad te estás dedicando profesionalmente a lo que es tu hobby, para lo bueno y para lo malo.