Inusuales y exitosos: los seis teatros más pequeños de Europa
Artistas callejeros, pequeñas empresas locales y grandes actores son el caldo de cultivo de las artes escénicas. Faltan recursos pero sobra talento. Hoy en día el teatro no está experimentando su época más boyante ya que, desde hace años, los recortes a la cultura están conduciendo a la crisis, o incluso el cierre de muchas salas de teatro, especialmente las más pequeñas, que están luchando por mantenerse a flote.
Por esta razón el comparador Hundredrooms, con motivo del Día Mundial del Teatro, que se celebra el próximo 27 de marzo, ha elaborado un estudio de las salas más pequeños de Europa. Ejemplos de éxito que, a pesar de todo, resisten vendaval gracias a su originalidad y la colaboración de todos sus miembros.
Microteatro Ruzafa, Valencia, España - El término “micro” refleja perfectamente el tamaño de esta estructura de tan solo 15 asientos, donde se puede asistir a micro representaciones de 15 minutos. Una forma de teatro experimental que está ganando terreno en otras ciudades de España y también en América Latina. Sus dimensiones no son casualidad: su objetivo es tratar de transmitir sensaciones únicas y cercanas a los espectadores. Sus sesiones son continuas y la clave de su éxito es “captar la esencia de un tema y expresarla en un periodo corto de tiempo ante un pocos espectadores, habitualmente con un par de actores”. Y lo mejor es que no se limitan a su propio local, ya que organizan representaciones itinerantes de fin de semana también en pueblos y ciudades cercanas.
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Valencia (España): 54 euros por noche
Il Moscerino, Pinerolo (Turín), Italia - Fundado en 2014 por el director Samuel Dossi y la actriz Marta De Lorenzis, tiene una superficie de solo 35 metros cuadrados y capacidad para 30 espectadores. En lo que antes era una antigua bodega gris, en la actualidad acoge todo tipo de formas de creatividad, desde el teatro clásico y actuaciones musicales, hasta el cabaret y la magia. Il Moscerino es más que un área de entretenimiento, un centro cultural que proporciona visibilidad a los jóvenes talentos.
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Pinerolo (Italia): 55 euros por noche
La Petite Loge, París, Francia - Con capacidad para 25 espectadores en tan solo 16 metros cuadrados, este teatro promueve un intercambio de emociones entre artistas y público. Un lugar inusual que ofrece espectáculos de calidad y entretenimiento agradable. Por su escenario han pasado actores de la talla de Arnaud Ducret y Gaspard Proust. Los artistas que lo regentan, Perrine Blondel y David Sauvage, se han embarcado en este reto para impulsar nuevos talentos y poner en escena sus obras.
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París (Francia): 39 euros por noche
Teatro Lilli Chapeau, Miltenberg (Frankfurt), Alemania - Tiene una superficie de 20 metros cuadrados y 31 asientos. En 2009 fue reconocido oficialmente como el teatro profesional más pequeño del mundo. En su escenario hay una única protagonista: Lilli Chapeau, una mujer emprendedora que en el año 2004, junto a su compañero Clemens Bauer, decidió hacer de su garaje un lugar para el arte, donde debutó con Fausto de Goethe y la actriz se ha convertido en un imán para un público más amplio.
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Miltenberg (Alemania): 88 euros por noche
Finborough Theatre, Londres, Reino Unido - Aproximadamente del tamaño de una habitación, con 50 asientos y situado encima de un pub de estilo victoriano en Earls Court, es extraordinario tanto en forma como contenido. No recibe fondos, pero bajo la dirección de Neil McPherson se ha convertido en un lugar de encuentro cultural que compite con los teatros más grandes de la ciudad. Allí se han redescubierto textos de los siglos XIX y XX e interpretado nuevas obras de creación propia.
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Londres (Reino Unido): 58 euros por noche
Un Teatru, Bucarest, Rumania - Nacido en 2010 con el objetivo de llevar a la gente al teatro, este pequeño escenario se encuentra en el corazón de Bucarest, en un salón de té con paredes oscuras y un sinfín de libros. Un espacio inconformista basado en la idea de que el teatro es un encuentro entre actor y espectador, y por ello se puede hacer teatro en cualquier lugar. Un Teatru no recibe fondos, es independiente y quiere dar espacio a los artistas que luchan por entrar en el mundo de la interpretación.
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Bucarest (Rumania): 25 euros por noche
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