Gloria Lomana: Las mujeres perdimos la revolución industrial y no podemos perder la revolución tecnológica
Propiciar el encuentro entre la sociedad como divulgar cultura son objetivos del Club de Encuentro y encontrándose Gloria Lomana como ponente, periodista, escritora del libro #ElFindelmiedo y exdirectora de informativos de Antena 3, deseé entrevistarla por lo que podría aportar su mensaje #Mujeresnoperdaisrevoluciontecnologica
La presidenta del Club de Encuentro, Amparo Maties, apuntó la importancia que tiene promover los derechos de las mujeres en las áreas en que no están consolidadas y cómo esto supondría un gran beneficio para la sociedad.
Gloria Lomana en su conferencia “Mujeres y Poder” relató como en las puestos de responsabilidad ocupados por mujeres, como el que ella desempeñó, las mujeres “nos masculinizábamos” y “tenías que demostrar mucho más que nuestros compañeros masculinos”, también añadió: “Hemos sido educadas para gustar y somos muy exigentes porque tenemos que ser perfectas. La exigencia nunca acaba. Estas debilidades son las que estamos identificando y pretendiendo eliminar. ¡Tenemos que cambiar los roles!”
Me quedo con este objetivo: “Ayudar a crear la sociedad que queremos para los niños y niñas, donde haya liderazgos inclusivos”.
Refiriéndome a su último libro #ElFindelmiedo le pregunto:
C.S. – ¿Cuáles son las formas para vencer el miedo o los miedos?
G.L. – A los miedos, tomar seguridad, desarrollar todo el potencial que tiene una mujer que es todo y sobre todo, probablemente exigirnos un poco menos porque hemos sido educadas para gustar y cuando quieres gustar al final te haces tan perfeccionista que nunca acabas de gustar a todos; lo importante es gustarte a ti misma y a partir de ahí trabajar, demostrar lo que uno sabe, formarse, ser constante y luchar por la excelencia y la meritocracia pero tomando certidumbres de lo que una es.
C.S. – ¿Y cómo se superan? Creo que con tu respuesta puedes ayudar a muchas mujeres.
G.L. – Pues sacudiéndotelos, hay que sacudirse los miedos, hay que identificar que el miedo paraliza y no hay que dar nunca ni un paso atrás y luego soñando a lo grande ¿Por qué no? Porque vas a pensar que tú puedes, por eso es muy importante que las mujeres cuando tienen o han tenido ciertas responsabilidades hagan esta pedagogía que tú y yo hacemos. Creo que podemos dar muchas certidumbres a las niñas, a las chicas que tienen ganas de soñar y que ellas pueden ver que, si otras con condiciones no favorables han llegado, ellas también podrán llegar.
C.S. – Mary Beard, premio Princesa de Asturias de comunicación y humanidades dijo: “nuestra cultura tiene miles de años de experiencia en silenciar a las mujeres” pero a mí me gusta que tú hayas comentado que el siglo XXI es el siglo de la revolución de las mujeres. ¿Cuál sería el primer paso a realizar?
G.L. – Utilizar la voz. Mary Beard tiene unos episodios maravillosos sobre la voz y dice que a lo largo de la historia a las mujeres se nos ha silenciado, incluso, hay pasajes mitológicos donde a la mujer un poco díscola se le cortaba la lengua porque era lo primero que había que hacer, silenciar a las mujeres. Cuando las mujeres han empezado a ejercer el poder se les acusaba de tener voz demasiado chillona, una voz muy aguda. Margaret Thatcher, a pesar de que fue considerada y denominada la Dama de Hierro, acudió al logopeda para tratarse su voz aguda porque quería tenerla más grave para que no fuera este atributo un dardo que ella recibiera. Ahora, el momento en que estamos viviendo, las mujeres han decidido utilizar la voz.
C.S. – Desde la base del respeto y de la educación...
G.L. – Claro, eso es lo más importante. Las mujeres están haciendo una revolución tranquila, cualquier revolución deja muertos, las mujeres están hablando, están utilizando la voz. Por primera vez se están sacudiendo sus miedos y están expresando lo que han tenido escondido por temor. Cuando una mujer denuncia una agresión se la ponen en el foco de la culpabilidad muchas veces, si no se la pone en el foco de la culpabilidad se le considera una pobrecita, al final es una tarea de valientes, de las mujeres que tú hablabas que hay que darles estás seguridades cuándo han sufrido violencia y es que son heroínas cuando han acudido a denunciar sabiendo que lo que están pidiendo ya no solamente es respeto, es restitución de la dignidad, están pidiendo protección. ¡Son valientes! Esa es la obligación que tenemos como sociedad, esta es una de las deudas que tenemos pendientes, perfeccionar cómo proteger a las mujeres, a tantas mujeres amenazadas, es una obligación ética y moral.
C.S. – Pero también, al mismo tiempo, hay que integrar al hombre y el hombre también nos apoya.
G.L. – La diferencia que he observado en los últimos movimientos desde el #Metoo, el 8M, hombres de los que yo llamo hombres cómplices, comprometidos con la igualdad han identificado que esta es una causa justa y si lo ponemos en otros términos más pragmáticos, todos los organismos internacionales que consultes, las grandes consultoras, los bancos que hacen estudios y demuestran con datos que las mujeres sumamos incluso en lo económico. El Producto Interior Bruto de un país crecería exponencialmente en el mundo, están cuantificados esos datos para explicar que las mujeres, incluso, incorporamos riqueza.
C.S. – Hay gente que “lo ve” (refiriéndome a entrevistas con directivas de las empresas de Google, Facebook, Hispasat o IKEA) y otra que no…
G.L. – Este es el tema, pero que las mujeres sumamos es riqueza porque tenemos unas cualidades de flexibilidad, de mediación, de conciliación, de mirada a largo plazo, sin la testosterona impulsiva, capacidad para resolver conflictos, etc. Todo eso suma y esto, como te decía, en términos incluso económicos, acrecienta, valga la redundancia, el propio crecimiento económico. Tenemos cualidades en las mesas de mediación y allá donde gobiernan las mujeres también hay menos conflictos.
C.S. – ¿Los hombres mal llevan el liderazgo de las mujeres en las empresas?
G.L. – Creo que las empresas han identificado que reputacionalmente no pueden quedarse al margen.
C.S. – Ikea, por ejemplo, participa con políticas inclusivas.
G.L. –Y muchísimas empresas. Las grandes empresas saben que no solamente las mujeres creamos ambientes más sostenibles, más empáticos y más flexibles y que por lo tanto, el ambiente genera una productividad mayor, esto por un lado y luego porque es lo decente. Creo que ni hombres, ni mujeres, ni empresas, ni poderes públicos, ni instituciones, ni gobierno, ni nadie puede quedarse al margen de esto. Ha llegado el momento donde las mujeres lo hemos sabido explicar muy bien y hemos dicho hasta aquí. La reclamación de la igualdad es un hecho que se acortará además sobre los plazos previstos o sea, eso de que se tardarán 100 años en conseguir la igualdad de género como el Fondo Monetario Internacional pronostica que sucederá si no se aceleran los cambios. Las mujeres no estamos dispuestas a esperar 100 años en suprimir la brecha salarial. ¡No lo vamos a permitir! No queremos dejar “eso” para las hijas y los hombres, creo que tampoco deberían, ningún hombre (la mayoría ya), para sus hijos no lo quieren y es un buen punto de partida pensar en uno mismo y él no desearlo.
C.S. – No esperar a la próxima generación para vivir esa igualdad
G.L. – Ojalá, porque las chicas han nacido con la igualdad en el ADN y las que están naciendo, estoy segura de que no contemplaran estos debates. ¡Ojalá! Estamos tú y yo y tantas otras y tantos otros peleando por eso, porque no tengamos ya Ministerios de Igualdad, no tengamos que conmemorar un 8 de marzo, no tengamos que recordar que el 25 de noviembre es el día contra la violencia. ¡Ojalá podríamos suprimir “esto” del calendario!
Entrevista realizada día 14-1-19 por Carmela Sánchez
Fotografías J. Félix Gimeno
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