Sesión de gastronomía a cargo de Marcos Villar de MasterChef y la Escuela de Hostelería Fundación Cruzcampo
Su paso por MasterChef 7 hizo que Marcos Villar, hasta entonces cerrajero forense, se diera cuenta de lo diferente que es cocinar en casa respecto a hacerlo de manera profesional. “Hasta ese momento había aprendido todo lo que sabía por la fórmula ensayo-error, iba probando y rectificando. Pero, en cuanto tuve la oportunidad de contar con unos profesionales enseñándome las claves, el salto fue espectacular”, señala el concursante valenciano de la última edición del conocido concurso culinario.
Consciente de la importancia de la formación para lograr el éxito en gastronomía, Marcos ha querido compartir su experiencia en la Escuela de Hostelería Fundación Cruzcampo, un centro de referencia que cuenta con casi 25 años de trayectoria y más de 15.000 alumnos formados en toda España. Los fogones de la cocina de formación del edificio Veles e Vents, donde este año ha trabajado la sexta promoción de alumnos de la sede valenciana de esta Escuela han sido el escenario escogido para una sesión, en la que el chef valenciano ha compartido algunos de sus secretos de cocina y planes de futuro: “Me gustaría ejercer como embajador de la paella, acercar a la gente los arroces típicos valencianos, que son mi seña de identidad como cocinero”.
Durante dos horas, los asistentes han descubierto las claves de uno de los platos típicos de la gastronomía local, el ‘Arròs del Senyoret’. Junto al cocinero han preparado esta receta, evolucionada desde la clásica paella, en la que se desmenuzan los ingredientes, variando los tiempos y modos de preparación, para dar un nuevo aire y disfrutar del sabor valenciano más tradicional. Tras la sesión culinaria, los participantes han disfrutado de una cata maridada con El Águila Especial Sin Filtrar, una cerveza muy fácil de beber y con un sabor característico, que combina la intensidad de la malta caramelizada con la frescura de una mezcla de lúpulos Perle y Lemondrop®. Una propuesta muy especial que, como el arroz elaborado por Marcos Villar, recupera la simplicidad de los métodos tradicionales de elaboración cervecera de principios del siglo XX y pone de relieve la importancia de dos aspectos fundamentales, tanto en el mundo de la cocina como en el de la cerveza: la calidad de los ingredientes y la maestría demostrada en su receta.
La gastronomía demanda perfiles cada vez más cualificados
“Nunca es tarde para descubrir una vocación o un talento culinario, como le ha pasado a Marcos. Pero, como él mismo señala, hay muchas más cosas que entran en juego en el ámbito de la gastronomía y que es imprescindible aprender para ser un buen profesional”, ha comentado Jaume Galán, profesor de cocina de la Escuela de Hostelería Fundación Cruzcampo de Valencia. Desde su experiencia como formador, explica que cada vez es más necesario ampliar conocimientos de técnicas de vanguardia que se comienzan a democratizar y de nuevos productos que sorprenden en cocina. Además, a la hora de completar el perfil de personas con excelentes aptitudes, se reconoce como fundamental controlar el servicio en sala o la visión de negocio. “La hostelería es muy importante en nuestra economía. Pero, si hablamos de gastronomía y, sobre todo, de alta gastronomía, cada vez está más desarrollada, tiene mayor valor social y, por lo tanto, es más exigente. Este sector demanda profesionales cualificados, versátiles, con preparación técnica pero también práctica. Por eso es tan importante haber recibido una buena formación”, afirma Galán.
Como resultado de este enfoque, la Escuela de Hostelería Fundación Cruzcampo tiene un índice de empleabilidad del 80% y los alumnos reciben instrucción práctica diaria en cocina y sala ante comensales reales. Estos aprendizajes se complementan con talleres especializados, visitas a empresas agroalimentarias y masterclass a cargo de profesionales de la restauración de reconocido prestigio. Todo ello forma parte del Curso de Técnico en Restauración, para el que aún está abierto el plazo de inscripción; un completo programa formativo que se renueva cada año e incorpora la visión profesional de los mejores restauradores del país, ofreciendo prácticas en algunos de los restaurantes más prestigiosos de toda España. Es el caso de Bagá, de Pedro Sánchez; Choco, de Kisko García; o Mugaritz, de Andoni Luis Aduriz, además del restaurante escuela La Marítima integrado en el Veles e Vents y que tiene por socio al Grupo La Sucursal, cuya labor gastronómica ha sido reconocida por las guías Michelin y Repsol.
Además, en su apuesta por la profesionalización del sector hostelero, la Escuela de Hostelería Fundación Cruzcampo ha sumado recientemente a su catálogo oportunidades de formación para profesionales en activo con ambición por despuntar en las mejores cocinas. Con su Curso de Dirección de Cocina, este centro formativo acoge a cocineros de todas las categorías para renovar sus técnicas e introducirles al tratamiento de los productos que revolucionan el sector.