Exposición de pintura en las salas del Museo de Ciencias Naturales (Jardines de Viveros), del Ayuntamiento de Valencia
“NO PODRÁN DETENER LA PRIMAVERA” JUAN MARIANO BALIBREA. MARZO/ABRIL/MAYO DE 2019.
Exposición de pintura en las salas del Museo de Ciencias Naturales (Jardines de Viveros), del Ayuntamiento de Valencia.
Del 6 de marzo al 6 de mayo (en los días finales, en paralelo a la Feria del Libro de Valencia).
“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, Pablo Neruda.
Las obras de esta muestra fueron elaboradas tras mi exposición en el Museo de Bellas Artes de Murcia (VIAJE DE IDA Y VUELTA, septiembre/octubre de 2015). Durante la visita guiada de un grupo de amigos del museo, en respuesta a una pregunta, gasté la broma de que, después de seis años pintando paisajes, pensaba dedicarme a pintar flores. Y así fue, pero nunca imaginé que el trabajo con las flores se prolongaría tres años. Comencé con representaciones de marcado carácter expresionista y, tras varios meses de trabajo, volví a desembocar en los modos y formas del expresionismo abstracto. No son flores, son gritos. No son flores, son poemas. Son músicas diferentes y emociones encontradas, y son graffittis espontáneos hechos para decorar las paredes soñadas. En definitiva, es pintura, porque me gusta pintar, manchar y mezclar. Y experimentar con las formas de representación de lo percibido en mis paseos por el campo y la montaña, recreándome en los apuntes del natural y en la contemplación de la flora de la zona en la que vivo (el Garruchal). O dialogando con las emociones con la excusa del tema, investigando, arriesgando,
jugando con los materiales. Viajando hacia dentro…
Las obras de “No podrán detener la primavera” no son ilustraciones tradicionales de botánica, que por otro lado son obras impresionantes que aúnan ciencia y arte, observación y representación. Pero sí tienen un rasgo característico de este tipo de dibujos: una vocación que va más allá de la clasificación científica, que también la emula a veces, pero transformada para jugar con la mirada de los espectadores. El proyecto de trabajo recrea la flora, pero abriendo el objeto elegido (observado), a las emociones, vivencias e ideas que afloran, nunca mejor dicho, durante el proceso de elaboración en el taller, con la inestimable ayuda de la música que siempre me acompaña y de la poesía
leída. La música y la poesía han sido una especie de enzimas favorecedoras de las experiencias plásticas.
El resultado de estos tres últimos años de trabajo se puede contemplar, a partir del 6 de marzo, en las salas del Museo de Ciencias Naturales (Jardines de Viveros), porque ese Museo de titularidad municipal, que se encuentra ubicado en el espacio del edificio racionalista del arquitecto Luis Gay, restaurado y adaptado como centro para la conservación, estudio y difusión del rico patrimonio científico y natural de Valencia, era el mejor espacio posible para el primer encuentro con las espectadoras y espectadores.
¿Hay un espacio mejor para disfrutar de las “flores”?