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El Espai Solidaria de la Fundación Juntos por la Vida exhibe muestras de la relación entre el sector textil y las mujeres africanas
Talleres de costureras en Benin y Ruzafa, en un proyecto de empoderamiento y solidaridad de la Fundación Juntos Por la Vida.
REDACCIÓN
2021-03-05
Costureras en las paredes de la Fundación. EPDA.
Los colores, las formas, incluso el olor, nos trasladan a Africa cuando entramos en el nuevo Espai Solidaria de la Fundación Juntos por la Vida en el barrio de Ruzafa de Valencia. Es como un "espai Africa" dentro de este nuevo ambiente social y creativo que une Benin y Valencia, en un puente de solidaridad especialmente entre mujeres: Sororidad para el empoderamiento de mujeres de uno y otro lado del mundo.
Y así lo están haciendo a través de algo tan sencillo como las telas y la costura como herramienta para la transformación y el desarrollo de muchas de estas mujeres, que son el motor de sus familias, y en definitiva de la sociedad.
En una de las paredes del Espai hay una gran fotografía de una joven de Wawata dándole al pedal y girando a mano la rueda de una vieja máquina de coser, en una especie de taller de costura acondicionado en el porche de una casa de adobe situada en esta zona rural de Benin, en medio de la vegetación y el barro. Es Firmine, tiene 18 años, madre soltera. Aprendió a leer y escribir gracias al proyecto educativo que la Fundación ha llevado a cabo en la zona, para la alfabetización de niños y niñas sin escolarizar. Ahora con la ayuda de la ONG está aprendido a coser, y eso le permitirá poder trabajar como costurera y salir adelante con su pequeña bebé Carine.
Junto a Firmine, en la foto del taller hay otras chicas tambíen cosiendo, mujeres en una situación parecida, todas sonríen. Confeccionan bolsos, delantales, neceseres, y otras prendas y complementos que luego llegarían a Valencia. La foto la hicieron dos voluntarias de la Fundación en su último viaje a Benin, que trajeron todo lo que las jóvenes costureras habían realizado, y se está vendiendo en este rincón africano de Ruzafa.
Junto a la fotografía de las chicas sonrientes situada en un rincón del Espai, hay una pared cubierta de brillantes telas de colores que también llegaron desde Africa en ese último viaje. Frente a las telas y bajo la foto, otra máquina de coser más moderna , y delante de ella otra mujer, valenciana, Pilar. Adapta esas telas llegadas del "sur" a prendas y productos mas usuales en nuestro "norte". Está cosiendo nuevas formas, mezclando tejidos de aquí y de allí, que dan lugar a creaciones llamativas, sorprendentes por su originalidad, y que muestran la fusión de los dos mundos en una prenda : toallas con aplicaciones de tela wax, lámparas decoradas, marcos, sillas, tote bags, gorros, camisetas customizadas con telas a juego con falda hecha con tejido africano, mascarillas, y otro tipo prendas personales y de hogar que utilizamos a diario.
Pilar es modista especialista en indumentaria valenciana, vive en Ruzafa, también madre soltera con un hijo adolescente. La crisis le dejó sin apenas trabajo, y con verdaderos problemas para afrontar cada día. Ahora colabora en el taller del Espai, desarrollando su creatividad con las telas, y dando clases de costura a otras mujeres que, como ella, pueden encontrar una forma de vida a través de las agujas y el hilo.
En una columna del Espai, otra gran foto hecha in situ en el taller de la aldea africana muestra a otra de las jóvenes costureras que exhibe orgullosa un bolso que acaba de confeccionar. Ya ha aprendido a coser, igual que sus otras compañeras gracias a mamá Merveille, la maestra que está enseñando a estas chicas el oficio de la costura y ayudándoles a conseguir un futuro mejor.
En la gran mesa de patronaje, está Nadia, una de las alumnas del taller de costura de Ruzafa. Está cortando una tela africana, porque además de aprender a confeccionarse sus propias prendas, también colabora como voluntaria. Nadia es ucraniana, tuvo que marcharse de su país a causa de los conflictos humanitarios del Donbas; ahora en España tiene una nueva vida.
Todo lo que cosen las jóvenes en Wawata, y las mujeres en Ruzafa se mezcla en las estanterías de venta en el "espai Africa" del Espai Solidaria social y creativo que la Fundación Juntos Por la vida tiene en la calle Buenos Aires 8 del barrio valenciano. Los beneficios sirven para continuar apoyando los proyectos que la ONG está realizando en Benin.
Además de ser lugares para coser, estos talleres son muchos más; son espacios de encuentro, de compartir, de autoestima y de apoyo para las mujeres.
Y es que algo tan sencillo como la costura puede ser revolucionario. La escritora Irene Vallejo cree que las mujeres podrían estar en el origen de los libros, y que quizá las primeras narradoras de historias fueran las mujeres mientras cosían. En este caso la costura está sirviendo para unir en un mismo proyecto a mujeres de dos zonas del mundo muy distintas, pero con una visión común; su empoderamiento, su fuerza, su capacidad de aprender, de emprender, de superarse, y de mejorar sus vidas. A través de la costura se ha creado un "círculo" de mujeres de Benin y Ruzafa que no conoce distancias, sino un gran valor: La Sororidad para un mundo mejor.
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