La hostelería se opone al nuevo sistema de gestión de reciclaje de envases
La Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunidad Valenciana (CET-CV), integrada por la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (CONHOSTUR) y la Federación Hotelera, quiere mostrar su disconformidad al Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de Envases (SDDR), que planea implantar la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Comunidad Valenciana. Este sistema supondría que miles de locales de hostelería se verían obligados a recoger y almacenar envases (PET, latas, bricks y vidrio) de los ciudadanos hasta su posterior entrega a las empresas de reciclaje.
Desde la Confederación se considera que este nuevo sistema de retorno de envases sería muy difícil de gestionar por parte de los establecimientos hosteleros, en los que se podrían producir problemas de seguridad alimentaria por un claro riesgo de contaminación cruzada, a lo que habría que sumar problemas logísticos por la falta de espacios para el almacenaje de los envases. Es por ello que desde el sector no se entiende de ninguna manera la imposición obligatoria del SDDR, ya que en todo caso debería tratarse de un sistema voluntario.
El nuevo mecanismo de retorno de envases, que se pretende implantar a partir de 2018, no se ajustaría a la normativa española, que impide la doble imposición. Desde la Confederación de Empresarios Turísticos se estima que se produciría un conflicto de competencias entre las normativas estatales que rigen el reciclaje y las normas de gestión de residuos autonómicos y locales. Además, este cambio que se estudia imponer en la Comunidad Valenciana supondría una ruptura del principio de unidad de mercado en materia de normativa de envases y reciclaje en el conjunto del país.
Cabe añadir la complejidad del depósito y fianza que el sistema conllevaría con importantes problemas para el hostelero, así como la confusión que puede generar en los propios clientes, y las nuevas cargas impositivas que se aplicarían a los ciudadanos para financiar un sistema cuya eficacia es muy dudosa.
En este sentido diversos estudios de la Universidad de Alicante y de la Universidad Politécnica de Madrid ponen en entredicho la efectividad de este cambio de modelo de gestión, al apuntar que la implementación de este nuevo sistema sólo incrementaría en un 2,7% el número de envases reciclados, por lo que desde la Confederación se insta a un aumento de la educación y concienciación en el uso de los sistemas de retorno de envases existentes.
Desde la Confederación se considera que una propuesta de este tipo debería ser en todo caso consensuada previamente con los diferentes colectivos implicados y no imponerse de manera unilateral por parte de la Administración. Tampoco se entiende la premura por poner en marcha un sistema que ya ha sido rechazado en varios países de la Unión Europea (como Francia, Reino Unido, República Checa, Irlanda u Holanda) y que por su complejidad no ha sido capaz de implantarse tampoco en otras comunidades autónomas. En este sentido, por ejemplo en Cataluña se lleva años estudiando la posibilidad de implantación del SDDR sin que hasta día de hoy se haya podido poner en marcha.
Igualmente la corte de justicia de la Unión Europea advierte que la necesidad, idoneidad y proporcionalidad de la imposición obligatoria de sistema de depósito deben ser estrictamente justificados por el estado miembro que desee imponerlo.
Por último, cabe destacar el compromiso que la hostelería ha demostrado durante décadas con el reciclaje y el cuidado del medio ambiente, siendo uno de los sectores productivos con mayores tasas de reciclaje y retorno.