El Teatro Eslava, dónde ahora se encuentra el Druni del Paseo Ruzafa
Se encontraba en el número 11 de dicho Paseo, dónde hoy está una de las perfumerías Druni, al lado mismo de La Casa del Libro. El Teatro Eslava se convirtió no solo en uno de los teatros más importantes de Valencia si no que adquirió gran fama por toda la Comunidad Valencia y por España entera. Valencia era una ciudad con ansias de cultura y representaciones teatrales y el Eslava se convirtió en un excelente escaparate para obras, actores y directores de la época.
Se construyó en 1908 de la mano del arquitecto José María Manuel Cortina Pérez, aunque en ese momento este Paseo de Ruzafa se llamaba Calle Pi y Margall para más tarde cambiar a Calvo Sotelo y con el inicio de la democracia adquirir su nombre actual y definitivo como una antesala al peculiar barrio, el de Ruzafa, al que podemos acceder si continuamos en línea recta más allá de la Calle Colón y la Calle Xátiva.
Se inauguró en Navidad, el 24 de diciembre, y antes que el Teatro Eslava en este espacio había habido un solar donde se encontraba el hospital d´En Bou. Para muchos este teatro significó una de las mayores pérdidas arquitectónicas de la historia reciente de Valencia y es que su decoración de una belleza exquisita, fastuosa y espectacular gracias a la unión de elementos de tradición árabe, nazarí y mudéjar.
Eso sí, no todo el mundo podía asistir a este teatro, más bien pudiente, dónde el público era normalmente valencianos y valencianas de alto poder adquisitivos. En el Teatro Eslava se representa un poco de todo, desde clásicos, otras obras más contemporáneas e incluso espectáculos de variedades que gozaban cada vez de más éxito en la ciudad y que se podían ver desde la bombonera, como era conocido su patio de butacas.
La riada de 1957 significó el final de sus días pese a estar abierto apenas medio siglo. Sufrió enormes desperfectos y requería de una enorme inversión para volver a ponerlo “en pie” por lo que el 26 de marzo de 1961 cerró definitivamente sus puertas. Volvería casi un año más tarde, tras una reforma, pero ya como Cine con capacidad para 1000 personas y cuya primera película estrenada fue la mítica El Cid de Anthony Quinn convirtiéndose durante las próximas décadas, antes de la llegada de las salas multicine más modernas, en un referente de ocio entre los valencianos.