El romanticismo cómico y provocador de 'Un Poyo Rojo' toma La Mutant
Una obra de teatro físico, desarrollada desde un código de danza contemporánea y con un lenguaje muy popular alejado de las élites. Esa es la atípica y muy exitosa propuesta de Un Poyo Rojo, el montaje que el próximo viernes 1 de febrero llegará a La Mutant coincidiendo con el décimo aniversario de su estreno en su país de origen, Argentina. Bajo la dirección de Hermes Gaido, los actores y coreógrafos Nicolás Poggi y Luciano Rosso se desafían, se enfrentan y se seducen sobre el escenario, dando lugar a una provocativa combinación de deporte, sexualidad, acrobacia y comicidad.
Un Poyo Rojo surgió de manera casi casual en 2008, cuando Rosso y Poggi se unieron para componer un número de varieté que les permitiera abordar nuevas formas de danza y teatro, todo ello con el trasfondo de una historia de amor entre dos hombres. Poco después, consiguieron una ayuda económica para estrenar la obra completa y en 2009 vivieron la puesta de largo del espectáculo en el Espacio Cultural Pata de Ganso, en Buenos Aires. Tras una primera gira por España al año siguiente donde ya visitaron València, Un Poyo Rojo comenzó a afianzarse dentro de los circuitos escénicos de Latinoamérica y Europa y pronto extendió su popularidad hasta países como Canadá.
En opinión del director Hermes Gaido, el secreto de esta acogida internacional durante toda una década es la apuesta a largo plazo: “Vivimos en una sociedad donde el tema de la producción artística es muy devorador. Si uno quiere ser visible, tiene que sacar una obra nueva todos los años y hacer un montón de proyectos. Antes era distinto, se podía hacer la misma obra durante cien años y no había problema. La idea es defender un poco ese lugar, no estar como locos tratando de crear y de hacer siempre algo nuevo. Termina siendo algo vacío después de todo. A medida que pasan los años, nosotros amamos cada vez más este proyecto”.