El mausoleo de Blasco Ibáñez, obra de Mariano Benlliure, vuelve al Museo de Bellas Artes
El Museo de Bellas Artes de Valencia recupera el mausoleo de Vicente Blasco Ibáñez, obra de Mariano Benlliure, después de haber estado expuesto en el Centre del Carme durante 17 años.
La pieza ha sido desmontada con la supervisión de los técnicos del Consorci de Museus, del Museo de Bellas Artes y del Ayuntamiento de Valencia, en presencia de la biznieta del escultor, Lucrecia Enseñat Benlliure.
La obra, realizada por el escultor valenciano en 1935, fue concebida para el panteón que diseñó el arquitecto Javier Goerlich Lleó, por encargo del Ayuntamiento de Valencia y que nunca llegó a concluirse. El sarcófago, pensado como pieza central del frustrado panteón, es el único vestigio que queda de tan singular recuerdo de su obra literaria y política.
El Ayuntamiento de Valencia cedió la pieza en depósito al Museo de Bellas Artes en 1946. En el año 2000 viajó al Centre del Carme con motivo de la exposición 'Mariano Benlliure / Joaquín Sorolla. Centenario de un homenaje' donde ha permanecido, desde entonces, primero para formar parte del proyecto del Museo del Siglo XIX y, posteriormente, como parte de la visita histórico-artística del antiguo convento que fue sede del Museo de Bellas Artes y de la Real Academia de San Carlos. El Consorci de Museus se ha ocupado de su custodia y divulgación y lo enmarcó dentro de la ruta de Mariano Benlliure.
Terminada la V fase de rehabilitación y remodelación del Museo de Bellas Artes y con motivo del Año Blasco Ibáñez, la pinacoteca valenciana, el Consorci de Museus y el Ayuntamiento de Valencia han acordado su regreso al Museo para formar parte de su nuevo discurso museográfico.
Desde el consistorio, la concejala del Área de Cultura, Glòria Tello, ha indicado que la Administración municipal siempre se ha interesado por las garantías para que las condiciones del traslado fueran óptimas y que se velara en todo momento por la seguridad de la pieza.
El Museo de Bellas Artes de Valencia posee una amplia colección de Mariano Benlliure, amigo íntimo de Blasco Ibáñez, desde su juventud. Fue así como en 1933, llegados los restos del literato valenciano desde Menton (Francia), el ayuntamiento encargó un digno sarcófago a Benlliure para el panteón que habían comenzado a construir en el cementerio de Valencia.
Realizado a los 71 años de edad, en sólo dos meses, el escultor le rinde el entrañable homenaje de su tierra valenciana por medio de la sencillez, el silencio, la evocación y el recuerdo a su mundo literario y a su fecunda creatividad.
Creado para ser visto desde la tribuna a la que se ascendía por escaleras bajo la luz de una claraboya, el conjunto se compone del sarcófago ocupado por la figura yacente de Blasco rodeado de hojas de laurel y envuelto en un sudario.
En los laterales, a modo de frisos del Partenón, se sitúan dieciocho figuras en bajorrelieves leyendo mientras caminan y que representan a los protagonistas de sus novelas cuyos títulos figuran sobre el listel de la base. El sarcófago descansa sobre un basamento de mármol, con bustos de labradores en sus ángulos, que sujetan las guirnaldas con flores y frutos de la huerta.
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