El IVCR+i descubre a la Virgen del Gremio de los Molineros oculta en la Virgen de la Almoina
El Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i) ha restaurado la conocida como 'Virgen de la Almoyna' del Maestro de Perea, que ha pasado ahora a llamarse 'Virgen del Gremio de los Molineros' porque en el proceso de restauración han recuperado el 80% de la pintura que estaba oculta y las imágenes que han salido a la superficie han aportado información nueva información sobre el cuadro.
Entre las nuevas figuras que se muestran en el cuadro tras la restauración está el cambio en la fisonomía y disposición del Niño Jesús, ahora con una anatomía mucho más acorde con la época del cuadro, y que como dato anecdótico lleva un collar de cuentas y rama de coral, que era un amuleto contra el mal de ojo, que antes no se veían, pero que en los estudios radiográficos ya se apreciaban.
También en la restauración ha aparecido una rueda de molino a los pies de la Virgen, elemento clave para la identificación y cambio de denominación de esta obra, así como la diadema con joyel en el pelo de la Virgen, que es un elemento muy característico de la producción pictórica del Maestro de Perea.
La directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga; la subdirectora del IVCR+ i, Gemma Contreras y el director del Museo de Bellas Artes de València, Carlos Reyero, han presentado la tabla de 'Virgen del Gremio de los Molineros' que se exhibirá en el Bellas Artes hasta finales del mes de marzo. Para conocer con detalle el proceso de restauración la pieza se acompaña de un panel explicativo y un audiovisual que refleja el trabajo realizado.
La Generalitat compró esta obra en una subasta el 6 de octubre de 2016 por 9.000 euros, después de que la Dirección General de Cultura y Patrimonio la declarara bien de interés cultural y evitara que una pieza del siglo XV tan singular como ésta saliese de nuestro territorio.
La tabla restaurada muestra a la Virgen sentada en un sitial amamantando al Niño Jesús, dispuesto en su regazo y en actitud de bendecir y con el orbe en la mano. Viste traje rojo con amplia capa blanca, colores propios del Gremio de Molineros. Sobre su cabeza luce una diadema de perlas y cabujón central, y aureola estrellada de pastillaje, que también vemos en otras obras del Maestro de Perea.
El Niño Jesús muestra anudado al cuello un collar de cuentas y rama de coral, amuleto medieval contra el mal de ojo. El fondo es de oro burilado y con tracería gótica. A los pies de la imagen, una rueda de molino atestigua su vinculación con el Gremio de Molineros.
Cuando llegó la tabla al departamento de pintura de caballete y escultura policromada del IVCR+i presentaba un estado de conservación delicado. Tanto en la pintura como en los dorados se evidenciaban un gran número de craqueladuras generalizadas por toda la superficie.
Respecto al estrato de preparación se localizaron diversos levantamientos con falta de adhesión al soporte, pero la principal problemática con la que se encontraron los técnicos era el repinte que cubría casi la totalidad de la pintura. El barniz final aparecía oscuro y oxidado provocando cambios cromáticos.
Una vez determinado el estado de conservación en el que se encontraba la obra, realizada una exhaustiva documentación fotográfica del estado inicial (fotografía visible, ultravioleta e infrarroja) y ejecutados los estudios científicos pertinentes (radiografía y análisis de materiales), se procedió a los trabajos de restauración.
Un delicado y difícil trabajo de recuperación pictórica que ha sacado a la luz una obra desconocida de este pintor activo en Valencia en el quicio de la transición del arte medieval hispano- flamenco al primer Renacimiento en Valencia.
Con la restauración de esta obra se incrementa el corpus pictórico del Maestro de Perea, al mismo tiempo que el Museo de Bellas Artes de València incorpora a su colección una pieza excepcional de este pintor.