Los beneficios del cítrico; antioxidantes y ricos en Vitamina C
Los cítricos reúnen algunas de las frutas más atractivas a primer golpe de vista. Gracias a las nuevas tecnologías y a los invernaderos, podemos disponer de ellos prácticamente durante todo el año y es lo primero que nos aconseja nuestro médico de cabecera cuando nos encontramos con un resfriado que ha hecho bajar nuestras defensas y se dispone a interrumpir nuestros quehaceres diarios.
De colores llamativos, los cítricos son elementos vitales en nuestra dieta y sus plantaciones son comunes en muchas zonas de España, sobre todo en el Mediterráneo. Ayudan a proteger el metabolismo gracias a sus vitaminas y actúan como el mejor de los antioxidantes. Independientemente de esto, ¿quién se puede resistir a su sabor y a su olor? Más allá de la alimentación, sus aromas son escogidos por empresas y marcas para adornar sus productos. Desde velas, incienso, jabones… un sinfín de productos que se vuelven más apetecibles cara al comprador simplemente por llevar el olor, e incluso a veces el color, de alguno de ellos.
El limón, de sabor ácido como pocos, no solo es el toque principal de muchas comidas, también es usado en repostería o helados. Es rico en vitamina C y es capaz de mejorar nuestra circulación sanguínea, protegernos de las infecciones y actúa como estrigente. Sólo tomando un vaso de zumo de limón, podremos aprovecharnos de estos beneficios porque nos aportará toda la vitamina C que necesitamos en el día.
El fósforo de la naranja es idóneo para personas nerviosas y estresadas
Otro cítrico por excelencia es la naranja. No solo nos aporta una sobredosis de vitamina C que nos ayuda a prevenir constipados, también nos ayuda con su fibra y a poseer una piel más luminosa y atractiva. Ingiriendo solo una naranja al día, aportamos a nuestro cuerpo la cantidad idónea de esta vitamina y de ácido fólico necesario. La naranja sanguina, que se recoge más tarde que ésta, además nos proporciona betacaroteno y provitamina A. El betacaroteno ayuda en la prevención de ciertos cánceres, sobre todo en el de pulmón y boca haciendo que éstos no pasen de su estado primitivo. Aunque no solo en esto, también ayuda contra los radicales libres, aquellos agentes producidos por causas ajenas como la contaminación o el estrés que provocan un mal estado de nuestro organismo y el envejecimiento prematuro.
Pero ahí no acaba todo. Los beneficios de la naranja son infinitos. Posee calcio, fósforo, hierro, magnesio, potasa, sosa y las vitaminas; el calcio facilita el desarrollo de los huesos en los niños, el fósforo es sumamente necesario en casos de estrés, personas nerviosas y en las intoxicaciones, el hierro ayuda a la hemoglobinización de la sangre y el magnesio sobreexcita el peristaltismo intestinal, combatiendo el estreñimiento.
Por otra parte la actúa como depurativo y disuelve las grasas y la sosa estimula el jugo pancreático, activa el proceso digestivo gastroduodenal, acciona la secreción clorhídrica y disuelve el ácido úrico. Casi nada.
La mandarina ayuda a combatir la anemia y la lima es cicatrizante
Otros cítricos menos consumidos pero de propiedades archipositivas para el organismo son el pomelo y la mandarina. El pomelo no solo elimina toxinas, aporta pocas calorías a la vez que alimenta y también tiene mucha vitamina C y B9 o ácido fólico.
Además es el “rey de las dietas”. Posee propiedades diuréticas importantes. Alto en potasio, magnesio y calcio, el pomelo es idóneo para personas aquejadas de hipertensión, gota, artritis, obesidad, piedras en el riñón o retención de líquidos (aunque desaconsejado para personas que sufren cistitis o insuficiencia renal).
La mandarina, por su parte, nos aporta la cantidad exacta de provitamina A, vitamina B, calcio y potasio. Tiene menos vitamina C que una naranja pero facilita la absorción de hierro así que su consumo es útil para prevenir las anemias y aconsejable entre comidas. Su olor tan característico es usado para diferentes tipos de perfumes y caramelos.
Y para terminar, la lima. Es quizás el cítrico menos conocido de todos y sus usos están bastante limitados. La composición de bebidas o para darle un toque de sabor a carnes y pescados son alguno de ellos. Existen muchas variedades de lima pero generalmente son de pequeño tamaño, color verde o amarillo y un sabor dulce-ácido y a veces amargo. Contienen un 94% de agua y son ricas en hidratos de carbono, vitamina C, magnesio, potasio, ácido fólico, ácido cítrico, aceites esenciales, betacaroteno, antioxidantes y sustancias de acción astringente. Estas sustancias contienen propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias y antihemorrágicas.