Conoce a Rafael Guastavino, el arquitecto valenciano que transformó Nueva York
El 1 de marzo de 1842 en el seno de una familia valenciana de tradición musical y artística, dedicada sobre todo a la construcción de pianos, y residentes cerca de la Catedral nacía Rafael Guastavino. El que unos años más tarde sería considerado como uno de los arquitectos españoles más importantes de principios del siglo XX en los Estados Unidos de América.
Su pasión por la arquitectura no fue casualidad, de hecho se conoce como Guastavino observaba apasionado desde joven la restauración de la Lonja de la Seda pasando horas y horas observando los diferentes elementos constructivos. Estaba, sin duda, aprendiendo. Se marchó a Barcelona, a la escuela de maestros de obras de Barcelona, y uno de sus primeros trabajos fue fábrica Batlló y el Teatro de La Massa donde llamó la atención la espectacular bóveda. Elemento que se volvería imprescindible como seña de identidad de su trabajo. España se le quedaba pequeña y decidió irse a un país donde aún había mucho por hacer: EEUU.
Desde 1881 residió en Nueva York y aunque sus inicios económicos no fueron fáciles alcanzaría más tarde el éxito gracias a la patente de 1885 de un sistema de construcción de bóvedas derivado de la construcción tradicional que se venía ya realizando en Valencia y en esta zona del Mediterráneo. La conocida como bóveda tabicada, de ladrillo de plano, allí en EEUU fue bautizada como Tile Arch System.
Huella valenciana en 360 edificios de Nueva York
Su participación en estas obras consistía en el diseño y elaboración de las bóvedas que causó gran revolución en el sector de la arquitectura del país por aquel entonces convirtiendo al arquitecto valenciano en uno de los más aclamados y deseados. Desde entonces sus construcciones se pueden observar en infinidad de monumentos por todos los EEUU, entre ellos numerosos edificios emblemáticos de la ciudad de Nueva York como Grand Central Terminal, el Great Hall de Ellis Island, varias zonas del Metro, zonas del puente de Queensboro, catedral de San Juan el Divino, Carnegie Hall, Museo Americano de Historia Natural en el Central Park Oeste, Templo Emanu El, iglesia de San Bartholomé en misma la Quinta Avenida, City Hall, Hospital Monte Sinaí… además de en otras ciudades como la Biblioteca Pública de Boston y el Museo Nacional de Historia Natural y el Edificio de la Corte Suprema de Estados Unidos en Washington.
Al final 360 edificios en Nueva York, casi 100 en Boston, y otros tantos en localizaciones como Baltimore, Washington DC o Filadelfia. Se retiró acabando sus días en un distrito histórico de Carolina del Norte y su hijo Rafael Guastavino Expósito continuó, aunque sin tanto relumbrón, la estela de su padre.