Cómo mejorar la calidad de vida de personas con poca movilidad
En la medida que las personas envejecen su actividad diaria se va reduciendo y cada vez realizan menos actividades. Este es un problema muy normal, a la vez que peligroso, pues se entra en una espiral de poca actividad y ello puede afectar seriamente a su movilidad.
Es cierto que algunas enfermedades afectan a la posibilidad de poder realizar, ni que sea, pequeños paseos, debido a dolores en pierna y articulaciones. Así, vemos que la posibilidad de hacer algo de ejercicio es muy importante para todo el mundo, especialmente para nuestros mayores.
Cuando hay poca actividad
La falta de actividad puede acabar siendo un problema a todas las edades, pero en términos de ancianos es algo que puede afectar a su estado de salud. Es evidente que, con los años, tareas como bañarse, limpiar, cocinar o vestirse se hacen cada vez más complicadas, en la medida que los cuerpos se desgastan.
Los expertos en geriatría recomiendan que las personas mayores deben mantener estas actividades en la medida de los posible, pudiendo ser ayudadas (intentando que hagan lo máximo posible) por familiares o cuidadores.
Esto es totalmente extensible a personas que, debido a una enfermedad, por ejemplo, degenerativa, van perdiendo sus facultades de movilidad paulatinamente. En ambos casos, cuanto más se intente esta cierta autosuficiencia, más se tardará en llegar a un punto más crítico.
Desarrollo de actividad física
Uno de los factores importantes para alargar la calidad de vida de las personas con problemas de movilidad, junto a una buena alimentación, es la de desarrollar una actividad física adecuada a sus facultades y con regularidad.
Así, no se trata de llevar a cabo largas caminatas, sino de realizar paseos que no impliquen cansancio extremo o necesidad de mucho descanso. Salir a pasear a la calle, ni que sea en un breve espacio de tiempo, es una buena opción.
Evitar las cuatro paredes
Es muy posible que, con el tiempo y tanto si hablamos de un anciano, como de una persona más joven, que las facultades se vayan perdiendo, a causa de la misma vejez o de la enfermedad, tal vez degenerativa que está provocando el problema de movilidad.
Y es posible que ello acabe desembocando en la necesidad de andadores, sillas de ruedas o scooters para poder desplazarse. Y, llegados a ese punto, es importante seguir manteniendo esa actividad, aunque sea con medios mecánicos, salir a la calle y respirar el aire o tomar el sol, puesto que ello libera mentalmente a las personas.
Necesidad de adaptar
A la hora de cuidar, convivir o supervisar la vida de una persona con problemas de movilidad tengamos clara la necesidad de ir adaptando el espacio del hogar a las necesidades que van a ir surgiendo en la medida que el problema se agrave.
Considerar la necesidad de adaptar el mobiliario de la casa a los problemas para moverse o la necesidad de caminar con bastón o andador, o adaptar el baño y ducha a sus necesidades, debieran de ser las primeras medidas a tomar. También debemos considerar la necesidad de un brazalete o collar de emergencia para avisar en caso de accidente si no hay una persona que le esté proporcionando un cuidado constante.
Para poder salir de casa
Y, en este sentido, también debemos valorar la necesidad de hacer accesible nuestra vivienda a las necesidades que van manifestándose cuando una persona está afectada por este tipo de problemas.
Como hemos dicho, salir a la calle es una actividad que aporta muchos beneficios para todos, especialmente para estas personas. Así, debemos pensar en hacer accesible el acceso al edificio mediante una rampa y/o instalar algún sistema para subir y bajar en el caso de que la persona afectada viva en un piso.
Salvaescaleras, una buena opción
Se trata de un dispositivo mecánico que permite subir y bajar personas o sillas de ruedas (o similares), salvado el recorrido de una escalera a través de unas guías. Suele ser un dispositivo que se instala en fincas que no tienen ascensor, ni espacio para instalarlo; así como en casas de varios pisos.
Instalar un salvaescaleras en Valencia es bastante sencillo y no implica obras de demasiado calibre, más allá de atornillar las guías en su soporte. Lo más interesante de esta opción es que resulta bastante económica y, además, es posible que sea susceptible de pedir ayuda oficial para su instalación.
Este sistema requiere un mantenimiento mínimo y está perfectamente homologado para el uso de personas con escasa o nula movilidad. Permite que la persona pueda disfrutar de paseos y actividades en el exterior sin que la cantidad de pisos que tiene que subir o bajar le impida hacerlo.
Sin lugar a dudas, se trata de una buena manera para conseguir que las personas con escasa movilidad sigan teniendo esa actividad que ayude a su calidad de vida.