Cómo estimular la imaginación de tu hijo a través del teatro

Muchas son las escuelas, que entre las excursiones que realizan durante el curso, recogen la visita a un teatro de títeres o marionetas en el que los más pequeños se diviertan interactuando y formando parte de un diálogo imaginario entre unos muñecos de tela o madera y ellos. Nuestros hijos comenzarán a desarrollar su capacidad comunicativa y su ingenio, irán asimilando conceptos e ideando posibles finales para la función que están presenciando. Asistir al teatro en familia se puede convertir en una alternativa de ocio que garantice el entretenimiento y el aprendizaje de los más pequeños, ya que a través de un espectáculo visual se conseguirá despertar su concentración y su capacidad de análisis sobre las diferentes situaciones que se plantean.
Quizás, este espectáculo les marque tanto que quieran imitar aquello que ven, y en lugar de simplemente ser testigos de un teatro de marionetas, creen ellos el suyo propio. A través del teatro, como fuente cultural, podemos inculcar a los más pequeños grandes valores sociales como el respeto, la amistad y el valor. A partir de este momento, podríamos ser testigos del desarrollo de las capacidades expresivas e imaginativas de nuestros hijos, siendo una cura natural para aquellos niños que son más tímidos. Desde los 5-6 años ya se puede acudir a clases de teatro, ya que todo no va a ser jugar al fútbol o apuntarse a danza, también es importante ejercitar la memoria.
Muchos niños descubren que quieren ser artistas creando en clase su propio teatro de títeres o participando en la función de fin de curso. Puede llegar ese momento en el que el pequeño se quede prendido de la dinámica de ensayos, de disfrazarse, de memorizar papeles y de caracterizarse, significando para él una gran recompensa recibir el aplauso del público, en este caso, la felicitación de sus padres. Llegados a este punto nos preguntamos, ¿qué beneficios genera el teatro en los niños?
1. Desarrollo de la expresión verbal: Nuestro hijo/a mejorará sus capacidades comunicativas, ganando mayor dicción, fluidez, claridad expresiva y vocabulario.
2. Desarrollo de la expresión corporal: Los pequeños comenzarán a descubrir su cuerpo y a vivir una espiral de nuevos sentimientos y sensaciones que tendrán el deseo de comunicar.
3. Mejora de las relaciones con los compañeros: Se desarrollarán valores como el trabajo en equipo, el respeto y la cooperación.
4. Se gana seguridad: Al subirse al escenario o dar vida a una marioneta se sentirán desinhibidos y comenzarán a sentir una mayor confianza en sí mismos. Aumentará considerablemente su autoestima.
5. Capacidad de superación: Las horas de esfuerzo y trabajo en la preparación de un teatro de marionetas o en la memorización de un papel les ayudará a concienciarse de la importancia del valor del trabajo y la constancia.
6. Se estimula la creatividad y la imaginación: Esta es la ventaja más llamativa. El teatro conseguirá algo que ni la televisión ni las nuevas tecnologías conseguirán de un modo tan efectivo. Los niños asimilarán valores como el respeto, la igualdad, la tolerancia y la responsabilidad. Así mismo, diseñarán sus propios escenarios, seleccionarán el vestuario, determinarán los nombres y los diálogos de los personajes y realizarán su propio guión. ¡Darán forma a su propia historia! Y es que gracias al teatro lograrán reproducir diferentes realidades cotidianas que han visto o que se imaginan. La memoria (capacidad de asimilación de diálogos y escenas), la capacidad de improvisación y la creatividad suelen ir siempre de la mano.
El teatro de títeres o marionetas despierta grandes beneficios en los más pequeños desde edades bien tempranas. Entre los 18 meses y los 2 años comenzará a aparecer el juego simbólico, es decir, comenzarán a representar situaciones reales o ficticias y a desarrollar su propio lenguaje. A los 4 años ya entienden que una misma persona puede representar varios papeles desde una perspectiva diferente. No obstante, no será hasta los 7 años cuando asimilen las reglas del juego como importantes, asimilando en este caso los conceptos necesarios para realizar una obra teatral.
El apoyo de los padres es importantísimo para que los hijos no pierdan la ilusión de hacer teatro. El teatro es cultura, ya que pondremos el arte, la ciencia y la historia al alcance de sus manos. Pero el teatro también es el punto de partida para despertar la llama de su imaginación. ¿Por qué no ir este fin de semana a ver una función de teatro de títeres con nuestros hijos?