DOCSVALÈNCIA
'Una elefanta sobre la tela de una araña' o la espera de Simona
El documental dio comienzo al Festival Internacional de Cine Documental DocsValència
ALBA JUAN
2022-05-07
Simona, protagonista de la película documental.
El deseo de vida eterna convertido en un mal sueño, en un camino de pérdidas, en el bucle asfixiante de permanecer en la piel de uno mismo durante demasiado tiempo. ¿Acaso Dios se ha olvidado de mí? Es lo que se pregunta Simona, protagonista del film documental Una elefanta sobre la tela de una araña (Rolando Díaz, 2022), que se estrenó ayer dando inicio al festival DocsValència. Una elefanta porque, pese a todo lo anterior, la fuerza que emana de Simona conduce por sí sola el documental. Sus ocurrencias y sinceridad transforman lo que a priori podría ser desconsolador ―escuchar la voz de alguien que ya no quiere permanecer en esta vida― en un film lleno de humor.
Una película íntima y tierna que acaba sacando a la luz el lado más duro de la vida, o más bien, de la longevidad. "Los años no pasan en balde", repite la anciana a lo largo de la misma. Simona demuestra que el deseo de vida eterna no tiene sentido si no se acompaña de ilusión, vitalidad y familia. Lentamente, Simona abre las puertas de su armario y enseña a cámara toda una colección de ropa oscura, y es que el duelo la acompaña allá donde va, porque ella se queda mientras todo lo demás se marcha. Y no solo por la muerte, protagonista en la sombra del film, sino por todo aquello que algún día tuvo y ha perdido. Pequeñas muertes diarias que incluso tambalean su asentada fe cristiana. ¿Cómo puede Dios permitir esto?
La casa de Simona, en Cuenca, se convierte en un cuadro costumbrista, en el que poco importa qué clase de vida llevó antes de sus cien años, pues solo podemos observar una pintura estática que recuerda, a veces de forma desdibujada e incluso errónea, aquello que fue. El cura del pueblo, sus amigas, su familia o su cuidadora; todos giran alrededor de una figura que espera. Los intentos por sacar fuera del cuadro a la protagonista, con música, arte o reflexiones feministas y políticas actuales, acaban por dejar aún más claro que Simona se encuentra en otro lugar, en una realidad que solo puede configurar ella. Porque los años le dan a uno la potestad de, al menos, ser dueño de la que ha sido su pequeña parcela en el mundo.
Una historia que permite conocer a una mujer con carácter y sentido del humor, que tiene como punto de equilibrio a su familia. Un equilibrio que se mantiene entre los pasos que cuenta para llegar al baño y los domingos de misa. Porque si alguna cosa impregna el documental es la presencia de Dios como ente capaz de decidir entre la vida y la muerte. Sin embargo, el talante socarrón de la protagonista hace imposible concebirla como mártir.
Su director, Rolando Díaz, aparece en ocasiones para aportar sus propias reflexiones, cosechadas durante más de setenta años. Un documental grabado con tiempo, mimo y de forma ágil. No repara en primeros planos de su rostro, pues la belleza de la vejez en frente de una cámara es indiscutible. "¿Cuántos años tendrán esos elefantes?" preguntan durante una visita al zoo. Tan solo con mirar un rostro se adivinan los recuerdos que puede guardar. Todo ello crea un clima especial para encontrarse con la mirada de Simona, en ocasiones lúcida y en ocasiones perdida. Y, de repente, parece que el espectador la conoce desde hace mucho tiempo, que sabemos lo que pasa por su mente. Seguramente no es así, pero todos tenemos miedo a la muerte, y también a la vida eterna.
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