La falla innovadora montada en el desierto de Nevada
La vicepresidenta de la Diputación, Maria Josep Amigó, se ha reunido con un representante del proyecto Renacimiento, una falla innovadora que fue montada en el prestigioso festival de arte efímero que se celebra todos los años en el desierto de Nevada, el Burning Man.
Maria Josep Amigó ha destacado que es "un placer colaborar con este proyecto que contribuye a llevar las fallas fuera de nuestro territorio, de manera que en otras partes de mundo tengan la oportunidad de conocer nuestro patrimonio cultural y festivo".
La Diputación, conjuntamente con la Conselleria de Cultura y la concejalía de Cultura Festiva del Ayuntamiento de Valencia, ha apoyado este proyecto llevado a cabo por el grupo de artistas Pink Intruder, que trabajan especialmente en las intervenciones en el espacio urbano.
Esta colaboración se enmarca dentro de las actuaciones impulsadas para conseguir la declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La falla que se montó, se expuso y se quemó a finales de agosto en el festival se trataba de una reinterpretación de la Llotja de la Seda de Valencia, patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Renacimiento
El grupo de artistas ha informado a la vicepresidenta de que se trata de una combinación entre la geometría y la escultura con las técnicas utilizadas en las Fallas, una reinterpretación de las decoraciones grotescas del Mercado de la Seda de Valencia, un edificio del siglo XV patrimonio de la Unesco.
Un cubo de oro en el desierto para atraer a la gente a su interior, donde se convierten en parte de una instalación de arte que mezcla el lenguaje contemporáneo de la arquitectura del pabellón con las piezas de cartón y moldes del gremio tradicional de las fallas. El cubo se pone sobre un mosaico de madera de 25.321 piezas ensambladas por colectivos sociales.