Broadway en Valencia José Sacristán y Javier Godino hasta el 15 Octubre en el Teatro Olympia
Broadway llega a Valencia con una intensa obra de teatro “MUÑECA DE PORCELANA” mimetizada con nuestra actualidad y posiblemente con nuestra visión de la cara oculta de los dueños del mundo; interpretada por los insuperables actores José Sacristán y Javier Godino hasta el 15 de octubre en el Teatro Olympia de Valencia. Esta obra de teatro solo fue protagonizada por Al Pacino en Broadway y lógicamente, en España, únicamente D. José Sacristán podía encarnar un papel creado por David Mamet, conocido guionista de “Los intocables de Elliot Ness”, “Hannibal”, “Veredicto final”, etc. Queridos amantes del teatro y de la cultura, quien vaya a ver “MUÑECA DE PORCELANA”, repetirá.
A diferencia de Broadway José Sacristán NOS transmite que “MUÑECA DE PORCELANA” es una apuesta muy personal del director Juan Carlos Rubio, la confección de los personajes ha sido una tarea formidable y la satisfacción, como ciudadanos, de poner sobre el escenario la obra de un testigo, David Mamet, de un cronista de su tiempo, lúcido y riguroso y sin afán de adoctrinar nos muestra un aspecto que no es del todo agradable reconocerse. “MUÑECA DE PORCELANA” es una colonoscopia al poder, donde Mamet introduce la cámara para descubrir las cloacas del poder económico, político y en consecuencia, el poder moral.
C.S. - ¿Qué le falta por aprender? Pues cada vez que sale al escenario saca el niño que fue.
J.S. – El aprendizaje es permanente. El que piense que ya lo sabe todo, primero que es una estupidez y luego debe ser aburridísimo pensar que ya lo sabes todo. La peripecia del actor es como el encuentro amoroso siempre y cuando puedas elegir. ¿Lo que queda por aprender? ¡Todo! Hay una serie de cosas que se van incorporando a lo largo de la carrera y otras cosas que conviene desprenderse que es todo lo que se refiere a la seguridad. Aprender, hay que estar siempre dispuesto, esto es un aprendizaje permanente y se aprende mucho de los jóvenes y no lo digo para regalarles las orejas porque son distintas etapas de la formación del actor. Pertenezco a una generación que venía de la escuela teatral poco retórica, ha habido que irse sacudiendo de todo ese procedimiento y esto es una evolución permanente. Es formidable el trabajo con los jóvenes y de hecho el trabajo de Juan Carlos Rubio, el director, es un muchacho muy joven pero ha hecho obras de teatro y series de televisión.
C.S. - Con tanta inquietud que derrocha en el escenario ¿Cómo prepara una función? ¿Utiliza una técnica?
J.S. – Aunque parezca broma, tengo una técnica que es mitad de San “Stanislavski”; mitad Konstantín Stanislavski y mitad la Niña de los Peines, depende únicamente de la historia, del personaje y de la complicidad de los compañeros. No hay otra cosa que la dedicación, el rigor y la seriedad con la que me planteo mi trabajo. Que aunque parezca una paradoja me lo planteo como un juego por encima de todo. Cada vez que subo a un escenario o me pongo delante de una cámara echo mano del crio que fui para ser el pirata, el gánster, el mosquetero... Porque lo que tiene de juego es lo que más me apasiona este oficio, juego que hay del que conocer las reglas, que hay que respetarlas. No tengo un procedimiento, ni ninguna cosa en particular, sino en función de cada obra, el estado de ánimo es el que es.
C.S. – Me interesa y valoro la reacción del público. Como actor y como persona sentirá cuando el público se interrelaciona con la función que toca muchos temas, como la corrupción, el poder, etc. ¿Cómo lo nota? Pues interpreta a un corrupto que habla de valores a través de sentencias con mucho fondo.
J.S. - ¡Cómo todos ellos! Eso lo notas, hay silencios. Notas si el público está siguiendo lo que le propones o está más o menos ajeno. Pero no depende solo de ti, depende del texto, depende del personaje, depende de un montón de cosas. Lo notas, cuando el público está atento a lo que estás contando. La obra tiene ciertos ribetes cómicos, con las risas. Pero en la función dramática el dato es el silencio con el que la gente sigue la función.
C.S. – Cuando una persona tiene el poder económico, político y lo que es más preocupante el poder moral en el que la sociedad, a veces dice sí con un comportamiento de aceptación a cosas irracionales. ¿Realizar esta obra le ha cambiado su manera de pensar?
J.S. – No. Yo ya conocía todo esto, tengo edad más que suficiente para conocer lo que son estas martingalas. El señor Mamet viene a poner sobre el tapete algo que ya está en conocimiento de todo. Lo interesante de Mamet, de los grandes autores, es que él en base a unos acontecimientos que nos rodean todos los días crea una peripecia dramática y crea unos personajes a los que les pasa unas cosas, eso es lo que tiene la obra.
C.S. – ¿Sugirió que Javier Godino fuera su compañero en la obra MUÑECA DE PORCELANA?
J.S. – Sí. Porque le había visto en varias películas y coincidimos en el LOCO DE LOS BALCONES, me pareció que era el actor ideal para este personaje; un personaje ambiguo, oblicuo, que no se sabe si va o viene hasta el final. Trabajo dificilísimo y mantener la presencia sin apenas hablar me pareció esa cosa inquietante que tiene que tener el personaje.
C.S. - ¿De dónde saca la vivacidad que desborda?
J.S. – ¡Me gusta lo que hago! Va a parecer una pedantería, me caigo bien, me llevo bien conmigo mismo, me encanta lo que hago más de sesenta años en esto. La madre naturaleza se porta bastante generosamente conmigo pues: ¿Qué voy hacer? ¿Llorar por los rincones? Pues no.
C.S. – Se impregna de juventud. ¿Por la emoción o el coraje que le pueda dar la juventud o le ponen en esos riesgos tan bonitos?
J.S. – No lo provoco pero en el trabajo se da. En ocasiones no, rechazo y discuto. Pero tengo la suerte de encontrar esto que se llama la Ley del Vaso Comunicante, hay una reciprocidad.
C.S. – Esa empatía que dijimos en la rueda de prensa.
J.S. – Sí, sí, es que es así. Porque ser joven no es ser idiota. ¡Ni muchísimo menos! Además, ahora hay una generación de actores, directores y guionistas formidables.
C.S. - ¡Pues saquemos lo bueno que tenemos aquí! ¿No le parece?
J.S. – ¡Haremos lo que podamos!
¿Están los poderosos libres de rendir cuentas por sus actos? ¿Existe una élite que maneja los hilos con capacidad para variar el rumbo de los acontecimientos con tan solo una llamada telefónica?
Interesante estructura teatral con mucho fondo y con unos actores deslumbrantes en el maravilloso Teatro Olympia hasta el 15 de octubre. ¡Buen fin de semana queridos lectores/as!
Fotografías realizadas por José Félix Gimeno
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