Beatriz Fernández: "El machismo ha quedado atrás en la Música"
Es la primera mujer que ha dirigido la Joven Banda Sinfónica de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana en sus 15 años de historia. Cuenta con las carreras superiores de Clarinete y Dirección de Orquesta, licenciada en Dirección de Orquesta por la Royal School of Music of London, titulada profesional de Piano y premio fin de carrera.
Con 6 años, cogió su primer clarinete en la Banda Primitiva de Paiporta. Recién llegada de Mexico, donde ha dirigido el concierto inaugural del Festival Internacional de Música de Cancún y apunto de guiar a la Orquesta de Valencia en los conciertos con los que el Palau de la Música conmemorará los 400 años de los nacimientos de Shakespeare y Cervantes. Siempre en alerta laboral, prepara su inminente dirección de la Banda Municipal de Barcelona para intentar convertirse en su subdirectora.
Profesora en la Unión Musical de Torrent y el Ateneo Musical del Puerto, respeta el nuevo fenómeno de DJ y defiende las salas convencionales como lugares donde escuchar música no sinfónica, más allá de las discotecas. No padece el machismo, aplaude al medio millar de bandas que hay en la Comunitat Valenciana y apuesta por la música como vía de negociación. El mejor antídoto contra la razón y el aliado más potente de la tolerancia y el compañerismo.
- Los números dicen que sólo el 1% de las más de 500 sociedades musicales valencianas las dirigen hombres. ¿Somos machistas?
La progresión social es tal que el machismo ha quedado atrás. La desigualdad siempre existirá pero por una cuestión fisiológica que la marca la maternidad. El rol ya no existe. Todos somos seres humanos que nos expresamos por medio de un lenguaje universal que es la Música, que transmite emoción, sentimientos y alma. Una disciplina que no se puede tocar; sólo vivir.
- Ha vuelto a exportar la marca valenciana con éxito, esta vez a Mexico.
Recibí la invitación del Festival Internacional de Música de Cancún, con el eslogan 'Mexico, Música y Mujer', para dirigir una orquesta con 60 mujeres, de 500 candidatas que se presentaron. Era un proyecto nuevo y un reto, que sonó de manera emocionante. Todas las músicos eran profesionales y elegidas por Currículum Vitae.
- ¿Resulta muy difícil llevar la batuta?
Todo director es músico: entiende el lenguaje y sabe interpretarlo. La única diferencia es el lugar que se ocupa en la sala. Todos somos músicos y sólo cambiamos la perspectiva. Tú recibes mucha información de todas las voces e intentas conducirlas para que caminen de la misma forma e incorporas la parte sensible a la interpretación. Unificas voces que suenan simultáneamente pero continúas siendo un músico más.
- ¿Es profeta en su tierra?
En noviembre, dirigiré la Orquesta de Valencia en dos pases matinales diarios, para alumnos de la ESO, con los que conmemoraremos los 400 años del nacimiento de Cervantes y Shakespeare. 60 músicos y dos actores, Verónica March y Sergio Villanueva, interpretarán secuencias del Rey Lear y Don Quijote en el Palau de la Música. Intentaremos captar la atención del público joven a través de un mensaje cómico, sin desviarnos de las personalidades de los autores ni de las tramas originales, pero sí adaptando el mensaje a la edad.
- ¿Muy difícil hincar el diente a los jóvenes?
La Música ha de llegar a todas las edades y en este sentido, el Palau de la Música, realiza importantísimos esfuerzos de captación de nuevos públicos. Los adolescentes reciben mucha información y es complicado llamar su atención. Hay que conseguir que perciban la Música como un medio de comunicación más, capaz de asumir la parte emocional que no alcanzan las palabras.
- ¿También es arte el fenómeno DJ?
Es un tipo más de música. Mucho más llamativo, no sólo por la incorporación electrónica, sino por el espacio en que se exhibe, más atractivo que una sala convencional. Los DJ merecen respeto y comprensión aunque siempre intentaré que la música de orquesta, la pura, interpretada y dirigida por profesionales con formación, se mantenga y sea fuerte.
- ¿Los valencianos aprobamos?
Valencia tiene un don especial con sus sociedades musicales. En todos los pueblos hay una, dos y hasta tres bandas. Este tejido construye un poso inexistente en otros territorios. Nuestro mayor potencial reside en los instrumentos de viento y viajes donde viajes, siempre encuentras músicos valencianos reconocidos como los mejores instrumentistas.
- ¿Están suficientemente apoyadas nuestras bandas?
Las sociedades reciben un apoyo muy importante por medio de su federación que lucha por ellas a pie de calle. De todas formas, necesitamos más conciencia colectiva para que sigamos ocupando un lugar privilegiado.
- ¿Cómo se puede seguir progresando?
Tanto la Orquesta de Valencia como la Banda Municipal realizan una labor importantísima en contacto con los conservatorios y acercando la música a la calle, con conciertos en hospitales o centros penitenciarios. Tenemos que aproximarnos al público que no acude a las salas. La sociedad es crítica y compleja y es imprescindible analizar por qué o cuándo se llenan o no las salas para incorporar nuevas tendencias a las programaciones. Y romper esquemas: claro que en el Palau de la Música se puede escuchar música que no sea sinfónica y para ello no hay que ir a una discoteca.
- ¿Por qué históricamente se ha considerado la Música como una asignatura, perdón por la expresión, 'maría'?
Parte de esta concepción viene dada por los programas curriculares. Es cierto que ha habido una evolución pedagógica porque los profesores descubren que debe aplicarse de otra manera y me consta que ya se trabaja por llevar a cabo experiencias para que se viva y se sienta esta disciplina. Por el camino de la práctica semanal en la asignatura, el alumnado puede entender que la Música son sensaciones.
- ¿Qué edad es buena para iniciarse en la práctica?
Actualmente, todas las sociedades empiezan con jardín musical en edad muy temprana. Si se ofrece, es por el beneficio que se demuestra en los años posteriores tanto en la práctica como en la formación musical. Estos niños ganarán en saber estar, compañerismo, respeto, tolerancia
- Estamos asistiendo a un episodio inédito en que nuestros políticos son incapaces de llegar a acuerdos para gobernarnos. ¿Lo conseguirían a través de la Música?
Cuando estudias esta disciplina artística, aprendes a escuchar y si perseveras, eres más tolerante y respetuoso. La práctica instrumental permite evadirnos y ser conscientes de que lo único que importa es sentir interiormente, muy por encima de tener o no razón. Por ejemplo, en Colombia o en Venezuela, se están desarrollando programas exitosos que logran apartar a los niños de la calle, por medio de clases instrumentales. La Música es un punto de inflexión para escuchar y ser entendido.
- ¿Se puede vivir de la Música?
La dirección es un campo complejo porque has de estar bien formado pero con el plus de la pelea constante. Siempre en alerta buscando huecos, con la misma intensidad que en el momento en que cualquier estudiante acaba su carrera y emprende la búsqueda activa de empleo. Así que todo aquello que viene se acoge con una ilusión tremenda. En mi caso, no he logrado todavía vivir 100% de la dirección, que es mi pelea constante. Doy clases en Torrent y en Valencia y dirijo una orquesta, la del Ateneo Musical, y dos bandas, la Unión Musical de Torrent y la Sinfónica Lira Castellonera de Villanueva de Castellón.
- ¿Sus referentes?
Carlos Kleiber, que siente de manera directa, fácil y emocionante y las sinfonías de Brahms.
- ¿Su próximo reto?
En noviembre dirigiré la Banda Municipal de Barcelona, dentro de un ciclo de jóvenes directores, para intentar convertirme en su subdirectora. La carrera de los directores es muy larga, requiere de altas dosis de paciencia con probada capacidad de espera. Hay que sumar granitos de arena para avanzar y aprender.
Y si quieres destacar algo: "Los niños de los jardines musicales aprenden compañerismo, tolerancia y saber estar"