El auténtico origen del alioli
Acompaña de igual manera a unas patatas, que a carnes, pescados e incluso arroces. Hasta tiene por ahí su propio helado, apto para los paladares más valientes. Sin embargo esta típica salsa mediterránea tiene un origen que pocos conocen. El alioli o ajoaceite no se inventó ni en Valencia ni en Cataluña.
Tenemos que trasladarnos, como en muchas otras ocasiones, al Antiguo Egipto para contar con su “invención” que posteriormente adoptaron los romanos ya en su típico mortero. Éstos fueron quienes realmente se aprovecharon de la bondadosa naturaleza del campo mediterráneo, sobre todo aquella donde abundaban más los olivos para elaborar una salsa muy parecida a nuestro alioli, aunque en su origen era algo más aguada.
Concretamente se extendió rápidamente por toda Italia, sobre todo por Sicilia y Calabria. Los andalusíes, a su vez, lo habrían llevado hacia el norte, cuya receta se mantiene hoy en día, extendiéndose hacia Provenza e Islas Baleares. Eso sí en su versión original consistía en un majado de ajos y aceite de oliva ligado hasta formar una crema.
Según las crónicas locales ya se sabe que en las zonas de Valencia, Alicante, Murcia y Albacete, los iberos ya lo consumían. Eso sí, el alioli siempre se consideró una salsa de gente humilde en contraposición a la salsa de huevo, hoy mundialmente conocida como mahonesa que era más de gente rica. Lo que está claro es que dónde había olivos se popularizó la producción tanto de aceite como su unión al ajo, abundante en España.
Respecto a su nombre también hay variantes: aioli, alioli o allioli, en los tres casos resultado de la emulsión de las palabras aceite y ajo.