Sala Russafa vuelve con el público y los creadores de artes escénicas y otras disciplinas artísticas, tras un breve parón estival, que el equipo aprovecha cada temporada para, además de descansar, hacer un mantenimiento completo de las instalaciones de este centro cultural y docente con más de diez años de trayectoria.
Con energías renovadas y sin síndrome post vacacional, arrancan un nuevo ejercicio cargados de proyectos. “Teníamos muchas ganas de volver a abrir las puertas porque hemos trabajado con mucho cariño la programación para esta undécima temporada. Ahora que hemos interiorizado muchas dinámicas antiCOVID que hacen más complejo el día a día en un teatro y centro formativo, vemos que también lo han hecho los artistas y creadores que, durante un tiempo, parecían no saber muy bien si la escena podría seguir en marcha. Las compañías se han movilizado, han estado poniendo en pie nuevos espectáculos y hemos encontrado verdaderas joyas que queremos compartir con el público valenciano”, explica Juan Carlos Garés, director de Sala Russafa.
Otra de las patas de la actividad del centro, la de estimular la creación escénica, también se activa en septiembre. En sus salas empiezan los ensayos de la nueva producción de Arden, compañía teatral que impulsó la creación de Sala Russafa, con la que van a celebrar sus 25 años de historia. Y se ha abierto el plazo para las preinscripciones y audiciones con las que se seleccionan a los alumnos que se integran en la línea formativa. “Las clases arrancarán en octubre, pero el equipo docente, con Iria Márquez y Chema Cardeña al frente de la rama de interpretación y Toni Aparisi en la de danza y yoga, ya estátrabajando para conformar los grupos”, explica Garés.
En cuanto a la exhibición, cada año ponen en marcha la tramoya con la programación especial ‘Alcem el teló’. A la hora de diseñarla, esta vezhan querido situarse al lado de las disciplinas que más complicado lo tuvieron la pasada temporada, marcada por la pandemia. “La música en vivo está teniendo muchas dificultades para rencontrarse con el público. También los espectáculos para niños y niñas, por la bajada drástica de funciones escolares y el descenso de las familiares. Así que levantamos el telón apostando por ellos, apoyando a los artistas y creadores, pero también a los espectadores de estas ramas de la cultura que creemos que tienen que estar presentes en la oferta de ocio y cultura de la ciudad”, apunta el director de Sala Russafa.
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