TEATRO
Arranca el décimo ''Ciclo de Compañías nacionales'' de Sala Russafa con la vuelta a València de ''Susan y el diablo''
REDACCIÓN
2020-09-21
Sala Russafa./ EPDA
Después de su reapertura el pasado 17 de septiembre, tras seis meses de cierre temporal, Sala Russafa
recibe un visitante muy especial. Lucifer se asoma a su escenario junto a un elenco de lujo, compuesto por
María José Goyanes, María Lahoz y Manuel Valls.
S
on el reparto de Susan y el diablo, un thriller que este jueves inaugura el 'Ciclo de Compañías Nacionales'.
Es la décima edición de esta selección de propuestas venidas de distintas comunidades autónomas, piezas
de mediano formato pero gran calidad artística que ofrecen una panorámica sobre lo que se cuece a nivel
nacional en las artes escénicas.
Este año incluye piezas como Hay que deshacer la casa, de Fundición Producciones (Sevilla), que revisita el
famoso texto de Sebastián Junyent. O una versión del clásico del Arcipreste de Hita El libro del buen amor, de
la formación Guirigai (Extremadura). También hay espacio para textos originales, como Viaje a Pancaya,
firmada por Cristina Yañez para Tranvía Teatro (Aragón), o la exitosa El Funeral, de Teatro Che y Moche
(Aragón), que cierra el ciclo.
Un total de cinco obras venidas de cuatro comunidades autónomas que podrán verse desde el 24 de
octubre al 13 diciembre, alternándose con las del 'Cicle de Companyies Valencianes' de la pasada
temporada que quedaron suspendidas por la llegada del Coronavirus y ahora recuperan sus funciones en el
centro cultural de Ruzafa.
LA REINSERCIÓN, EL PERDÓN O LA PIEDAD ENTRE LOS TEMAS DE UN THRILLER QUE PARTE DE UNO DE LOS
CRÍMENES MÁS MEDIÁTICOS DEL SIGLO XX
La programación nacional de Sala Russafa se abre con Susan y el diablo, una coproducción de los toledanos
Euroscena y los valencianos Arden. Durante dos semanas, hasta el 4 de octubre, la pieza regresa a Valencia
dentro de su gira nacional, después de haber pasado por el Teatro Principal el pasado mes de noviembre.
Chema Cardeña firme y dirige este thriller que se sitúa en 2008, en una cárcel estadounidense donde
cumple condena Susan Atkins, homicida confesa de Sharon Tate en la macabra matanza que los seguidores
de Charles Manson llevaron en la morada de Roman Polanski.
Cuarenta años después de aquellos hechos y ante la vigilancia de una funcionaria tan veterana en el presidio
como ella, la anciana Atkins atiende a las preguntas de un periodista del diario sensacionalista Black Star, al
que ha concedido una entrevista. Aquejada de una dolencia terminal, quiere convencer a la opinión pública
de que le permitan morir en casa.
"Con esta historia quería hacer pensar sobre nuestra capacidad de perdón, de empatía. En el sistema
judicial y penitenciario hay una línea muy fina entre lo justo y lo humano", señala Cardeña, quien ha elegido el género de suspense para llevar al escenario esta historia, salpicándolo de humor para aliviar la
tensión en determinados momentos.
La ambientación musical y los audiovisuales acompañan al recuerdo de los diferentes episodios de la vida
de Atkins, quien llegará a dudar qué sabe realmente de su pasado y de su presente, de la persona que la
entrevista. "Me gusta el teatro que nos plantea preguntas como individuos y como sociedad. Con esta obra he
intentado que el público se mirara bien adentro, le he invitado a ponerse en la piel del otro. Quizá algunos
espectadores descubran que ellos también tienen algo de ese diablo que llevó a Susan a la locura y que,
precisamente por eso, serían capaces de liberarla. Mientras que para otros, el perdón sea imposible",
comenta el autor y director de la pieza.
Pequeñas pistas van conduciendo al espectador en esta propuesta en la que se van descubriendo que todos
los personajes están llenos de dobleces, son capaces de la maldad y la bondad, del odio y el cariño. Una
propuesta para disfrutar de manera segura, gracias al completo protocolo anti COVID que ha
implementado Sala Russafa para higienizar el espacio antes y después de cada función, con medidas para
garantizar la distancia de seguridad en el patio de butacas y los espacios comunes.
Acorde a la normativa y recomendaciones sanitarias, el teatro trabaja para hacer del centro cultural un
espacio de confianza y apuesta por la #CulturaSegura.
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