El origen de la Plaza de la Merced
El convento de la Merced ocupaba una posición predominante en el mapa de la València medieval. Nada más ni nada menos estaba junto a la plaza del Mercado, repleto de vida todos los días, y los cementerios de San Martín y Santa Catalina. Su demolición y la posterior creación de la plaza de la Merced significó además una de las actuaciones urbanísticas de intramuros más importantes de la València del siglo XIX.
Hoy en día la Plaza de la Merced es una pequeña plaza dónde, algunos días a la semana, hay puestos de venta ambulante -sobre todo los fines de semana- y durante Fallas se planta en ella una de las fallas más carismáticas e históricas de València, que fluctúa cada año entre Sección Especial, Sección 1º A o 1ºB. Pero para conocer su verdadera historia nos tenemos que remontar a muchos siglos atrás
El desaparecido Convento de la Merced
El Real Convento de Nuestra señora de la Merced se estableció tras la conquista de València por Jaume I en 1238 durando hasta bien entrado 1836. Se construyó, como solía pasar en muchos casos, sobre una mezquita de extramuros y junto a la puerta de la Boatella.
Sus terrenos fueron cedidos por Jaime I a Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, para que levantara un convento en una de las zonas más privilegiadas de la capital del Turia.
Se construyó la iglesia, que estaba dedicada a Santo Domingo de Silos, y el convento de la Merced, cerca de dónde se instaló el gremio de carpinteros importantísimo en la Valencia bajomedieval.
De estilo austero y modesto no fue hasta 1649 cuando se llevaron acabo diferentes reformas así como la ampliación del convento del que, desafortunadamente, no se conservan imágenes solo algunos pocos planos. Por ellos se sabe que tenía algunas capillas asociadas a diferentes gremios.
Así por ejemplo las capillas de San Cosme y San Damián estaba asociada a cirujanos y barberos y las de San Eloy y Santa Lucia para albéytares y herradores, respectivamente.
Tras su demolición, la capilla en honor a San Juan de Letrán y el sepulcro de Guimerán pasaron al Museo de Bellas Artes de València.